Desde mi sofá || Obed Silva
Tijuana, B. C. 5 de enero de 2025.- Sin que haya concluido el debate sobre la iniciativa que pretende calificar como terroristas a los narcotraficantes
mexicanos, en el vecino país del norte iniciaron el año con tres eventos que ayudan a entender lo falso de dicha discusión.
En Nueva Orleans la madrugada del 1 de enero, murieron 15 personas al ser atropelladas por un vehículo que conducía Shamsud Din Jabbar, quien resultó ser un texano de 42 años, veterano del ejército de EE.UU. y simpatizante del Estado Islámico (ISI).
Al principio se dijo que el homicida había ingresado a Texas por la frontera con México. El futuro Presidente Trump declaró de inmediato que el hecho era la prueba irrefutable de la debilidad que tiene EE.UU. en su frontera sur.
Con el transcurso de las horas, el FBI aclaró que el homicida era un ciudadano con residencia en Texas por lo que el Sr. Trump, fiel a su estilo, corrigió su dicho atribuyendo la responsabilidad al Presidente Biden.
El fatal evento fue calificado como un acto de terrorismo en razón a qué en la camioneta del perpetrador se encontró una bandera del grupo arabe radical, explosivos listos para estallar así como mensajes del asesino en Facebook en favor de ISI.
Con horas de diferencia, la ciudad de Queens en Nueva York, fue aterrorizada por un tiroteo en el bar “Amazura”, que dejó al menos 10 lesionados. La policía informó que el ataque tuvo origen en la rivalidad entre bandas del crimen organizado.
Durante la mañana del mismo día, a las puertas del Hotel Trump en Las Vegas, estalló un auto cargado de explosivos y fuegos pirotécnicos. Al principio se especuló que el estallido podría tener conexión con el ataque en Nueva Orleans, al paso de las horas se descartó la hipótesis.
Funcionarios del FBI informaron que se trató del suicidio del soldado Matthew Livelsberger, de 37 años. Un boina verde condecorado por el ejército estadounidense quien perdió la batalla contra un trastorno por estrés postraumático.
Un póstumo mensaje del veterano del ejército consigno: “Esto no fue un ataque terrorista, fue una llamada de atención. Los estadounidenses sólo prestan atención a los espectáculos y a la violencia. Qué mejor manera de transmitir mi punto que un ardid con fuegos artificiales y explosivos”.
Por lo general, se entiende como “terrorismo” al uso sistemático del terror utilizado por grupos o individuos en la promoción de objetivos políticos de cualquier tipo de ideología.
En el caso del bar en Nueva York, el terror fue provocado por una lucha entre delincuentes, la explosión en Las Vegas se debió a una reivindicación personal, mientras que el ataque en Nueva Orleans fue ejecutado para cumplir con un objetivo político e ideológico.
Los tres eventos provocaron terror en los ciudadanos, solo uno fue “terrorismo”, confundir los conceptos por intereses politicos podría llevar a cometer errores irreparables.
Nomás por Joder!
Las hipótesis del semanario Zeta sobre el origen de las amenazas enviadas en una narcomanta, deben ser aclaradas pronto por la Fiscalía. De eso depende la seguridad de quienes trabajan en el medio de comunicación.
• El autor es abogado, servidor público y analista político.
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