La Pura Polaka | Jaime Esquer D
Mexicali, B. C. 20 de octubre de 2023.- En medio de un ambiente político nacional polarizado y cada vez más enrarecido por la gran cantidad de problemas, donde el presidente López Obrador en lugar de ser factor de solución y de mediación para la unidad nacional le echa más gasolina a la lumbre, la elección presidencial del 2024 -concurrente con la de nueve gubernaturas en el país- se ve desde ahora peligrosamente complicada y para
nada definida, a pesar de las encuestas al gusto del que las paga para sembrar la percepción ciudadana de que todo ya está decidido.
En el partido en el gobierno son muchos los que se apuntan y se forman en una interminable fila de aspirantes a los cargos de elección popular que estarán en disputa, desde regidurías hasta la propia presidencia de la república, en una elección presidencial que desde ahora se visualiza será la más controvertida, complicada y hasta judicializada de la historia moderna de México.
Y así se advierte puesto que el propio presidente encabeza un obcecado e indebido pleito con el Poder Judicial Federal y su presidenta, la magistrada Norma Piña, en un enfermizo afán por doblegar a uno de los tres poderes pilares del sistema republicano del gobierno mexicano.
Para ese fin ha utilizado todo el andamiaje institucional a su servicio y las facultades del Poder Ejecutivo que él mismo representa, al igual que al Poder Legislativo a través de las cámaras de diputados y de senadores donde su partido controla la mayoría simple; es decir, la mitad más uno, mayoría que les ha permitido aprobar reformas y cambios constitucionales a leyes secundarias, ya que esas no requieren de la mayoría calificada; es decir, de las dos terceras partes del total de los legisladores.
Así fue en el caso de la reforma para desaparecer los fideicomisos del Poder Judicial Federal, recientemente aprobada por la mayoría morenista en la cámara de diputados, misma que de acuerdo a la ruta legislativa deberá ser avalada también en la de senadores, con lo que se convertiría en ley una vez publicada en el Diario Oficial de la Federación.
Pero es inminente que una vez concluido ese proceso legislativo será impugnada, como ya se advirtió no solamente por la oposición, sino por los propios trabajadores del Poder Judicial Federal (cerca de 60 mil en todo el país) quienes ya se pintaron de apaches y están en pie de guerra, pues serán los directamente afectados por el recorte de más de 15 mil millones de pesos correspondientes al presupuesto 2024, una vez que la citada reforma entre en vigor.
Por lo pronto el presidente López Obrador ya los unió a todos, pero en su contra y en todo el país.
Curiosamente esa cantidad (15 mil millones de pesos) es similar a la que representó el fraude a SEGALMEX (Seguridad Alimentaria Mexicana) una especie de CONASUPO, donde al director y amigo entrañable del presidente AMLO Ignacio Ovalle, lo protegieron y no le hicieron absolutamente nada.
Lo complicado de este pleitazo del presidente contra uno de los tres poderes del gobierno, es que apenas empieza y ya se sumaron en favor del Poder Judicial Federal las cámaras y colegios de abogados, las organizaciones de juristas y jueces de la república, los académicos y líderes de opinión, los organismos ciudadanos y por supuesto los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que serán finalmente los que resolverán este tremendo lío judicial que está polarizando y enrareciendo todavía más el ambiente político nacional.
Resulta oportuno subrayar que esa reforma será declarada inconstitucional, una vez que llegue a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y que los ministros deliberen sobre su procedencia, pues viene viciada de origen, desde el momento mismo en que fue discutida y aprobada en las comisiones de programación y presupuesto de la cámara de diputados, (donde morena tiene mayoría) cuando debió haber sido en las de gobernación y de justicia.
El presidente López Obrador -sin hacerle caso una vez más a sus asesores ni a la lógica ni a la sensatez política- abrió un frente de batalla innecesario e inoportuno, pues representa sin duda un enfrentamiento que políticamente no se entiende, ya que él mismo está contaminando su propia sucesión, mientras su partido se encuentra en serios problemas internos derivados de la lucha de los grupos por el poder, que podría derivar en fracturas y divisiones todavía mayores y peores.
El encontronazo entre Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, que hasta el momento nadie ha podido mediar ni solucionar, es un ejemplo de ello, además de la lucha a muerte que hay ya en las nueve entidades donde se definirán las candidaturas morenistas, entre ellas la CDMX.
Aunado a ello, al presidente el país se le va de las manos a causa de la gran cantidad de problemas acumulados que se ignoraron y que en su momento no fueron atendidos, simulando siempre los famosos “otros datos” y las realidades alternas, que solo han existido en el discurso y en la mente presidencial.
Hoy todos esos problemas -multiplicados en el final del sexenio- se le vienen encima al presidente y a su gobierno como una inmensa bola de nieve en descenso, que como gigantesca avalancha amenaza con arrasar con todo y con todos.
La cuestión es que el mandatario nacional ya no tiene margen de maniobra, pues le restan justamente once meses de gestión, ya que entrega el poder el día último de septiembre del 2024 y de acuerdo a la reforma del 2014 (cuando se aprobó adelantar dos meses la fecha de la toma de posesión) la nueva presidencia de la república deberá iniciar al primer segundo en la media noche del uno de octubre del 2024.
La elección presidencial es el domingo 2 de junio del 2024, faltan por transcurrir solamente siete meses y diez días, pero el presidente en lugar de cerrar fuerte su gobierno, tal y como lo hacen los buenos cantantes y las grandes bandas que concluyen su concierto con la mejor interpretación, lo está haciendo de la peor manera posible e imaginable.
Bien lo dice la Ley de Murphy:
_“cuando las cosas van mal lo más probable es que se pongan peor”…_
En MorenaBC todos quieren
Mientras tanto, en Baja California los morenistas mujeres y hombres andan acelerados y sin nadie que les ponga freno.
Todos pretenden ser los elegidos por el dedo divino de las “encuestas internas”, a fin de encabezar las fórmulas a los diversos cargos de elección popular que estarán en juego el domingo 2 de junio del 2024.
En un abierto desafío a las leyes electorales y al más elemental decoro político, los que ya están pretenden reelegirse o brincar a otro cargo, sin importar en la mayoría de los casos el deplorable papel que han hecho muchos de ellos, mientras que los que no están quieren estar y entre todos hay una sorda lucha en la que ya se empiezan a dar patadas y zancadillas bajo la mesa y a preparar los misiles de “fuego amigo” ante la contienda que se avecina.
Por todos lados empiezan a aparecer carteleras, lonas, bardas pintadas, pegostes en paredes y en postes de la luz, flayers y un sinfín de propaganda en la que aparecen los rostros sonrientes y foto shopeados de los que aspiran, camuflajeados en alguna revista inexistente, en la publicación de un libro fantasma o en alguna organización que nadie conoce.
¿Quién paga esta propaganda y de dónde sale el dinero?…
Tanto mujeres que actualmente están en algún cargo de elección popular o de gobierno, como hombres que se encuentran en la misma condición, todos andan alborotados pues de repente se les despertó un “profundo amor a los ciudadanos, un amor al pueblo”…
Tal es el caso del alcalde de Ensenada Armando Ayala que quiere ser senador y ha colocado espectaculares y propaganda con su imagen en Mexicali y en otras ciudades.
¿Qué tiene que promoverse este hombre en otras ciudades?… cuando en la suya donde es presidente municipal tiene un tiradero, con las calles destrozadas y en completo abandono, con los servicios pésimos y la violencia y la inseguridad desatadas como nunca antes…
Lo mismo sucede con quien fuera boxeador y campeón mundial, Erick “el terrible” Morales, actualmente “encargado del despacho” del Instituto del Deporte en la entidad (no le pueden llamar director puesto que no tiene una licenciatura y la ley así lo establece para ese cargo).
Alguien lo engañó y le dijo que podía ser presidente de Tijuana y para pronto aparecieron espectaculares con su imagen y mensajes alusivos en varias partes de esa ciudad, lo que ameritó que fuera denunciado por actos anticipados de campaña ante las autoridades electorales, por lo que se procedió al retiro de esos espectaculares y de la propaganda con su cara sonriente.
Igual pasa con las carteleras que han aparecido de la joven diputada federal Julieta Ramírez, a quien se le conoce más que por su trabajo legislativo, por sus apariciones en las redes sociales -principalmente en Twitter llamado ahora X- donde despierta fuertes polémicas por sus publicaciones (que seguramente se las escriben desde el cuartel morenista) en las que defiende al partido morena, a la 4T, al presidente López Obrador, a Claudia Sheinbaum -aunque se la jugó con Adán Augusto López- y ataca rabiosamente a Xóchitl Gálvez, al PAN, al PRI, al PRD, al Frente Amplio por México, a Claudio X. González, a toda la oposición y al que se le ponga en frente.
Todo menos legislar y ver por los bajacalifornianos.
Los trigueros de Mexicali la recuerdan muy bien.
Julieta quiere ser senadora o alcaldesa de Mexicali.
Hace apenas tres años era una discreta asistente de la alcaldesa de Mexicali Marina Ávila.
Y un caso patético es el del delegado federal único, Jesús Alejandro Ruiz Uribe, quien se ha promovido abierta y explícitamente aprovechando su cargo de representante del gobierno de la república, colocando su imagen hasta en la sopa, justificándose en la presentación de un libro que dice que él escribió, llamado “construyendo el futuro”, donde dibuja el país de la fantasía de la cuarta transformación gracias al presidente López Obrador.
Con el pretexto de la presentación de ese libro, Ruiz Uribe se ha muestreado en horas y días hábiles en todo el estado promocionándose en los medios de comunicación y en las redes sociales, donde le ha ido como en feria con los comentarios ácidos de la raza brava.
Lo menos que le señalaron los internautas del Facebook fue que era “protagónico, payaso, parásito político, frívolo, barbero, misógino, vividor de los ciudadanos y cómplice de las corruptelas del gobierno morenista”, entre muchas otras linduras que fueron publicadas en una página que el periódico “el mexicano” tiene en esa red social.
Jesús Alejandro Ruiz Uribe se sueña gobernador en el 2027, pero primero quiere ser senador en el 2024.
Y en el mismo caso está la alcaldesa de Mexicali Norma Bustamante que quiere ser senadora o reelegirse en el cargo.
Pero también está el diputado Víctor “el loco” Navarro que quiere la alcaldía mexicalense o repetir en la curul, al igual que el diputado Juan Manuel Molina, que se ve en vaporosos sueños como el primer presidente municipal de San Felipe.
Dicen que ya hasta el modito de andar le cambió…
Y está el caso del tristemente célebre “Netza” Jáuregui, que siempre sí quiere ser alcalde de Mexicali y que según se dice en “radio pasillo”, es el “tapado” de la gobernadora.
Igualmente está Jaime Bonilla, que se sueña como jefe político desde la alcaldía de Tijuana, del brazo obviamente de su flamante operador, el inefable Amador Rodríguez Lozano… pero de eso platicaremos en el siguiente número…..(CONTINUARÁ)
* El autor es escritor y analista político, su opinión no refleja la línea editorial de este medio.
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