A puño y Letra | Raúl Law Z.
Mexicali, B. C. 4 de octubre de 2024.- La primera mañanera de Claudia Sheinbaum Pardo, como Presidenta de México, coincidió con un aniversario más de la matanza del 2 de Octubre de 1968, cuando el
gobierno encabezado por Gustavo Díaz Ordaz, reprimió con la fuerza del ejército a los estudiantes universitarios en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, con un saldo de más de 300 jóvenes asesinados.
La Presidenta publicó un decreto para pedir perdón de la injusta represión y declaró que nunca más un gobierno debe volver a dirigir la fuerza del Estado mexicano contra el pueblo. Recordó que los jóvenes se manifestaban para reclamar la liberación de los presos políticos, por justicia y democracia social.
“El movimiento estudiantil abrió la puerta a la participación política de muchos jóvenes y de la sociedad”, enfatizó que tal reclamo se concretizó en el 2018, con el triunfo a la Presidencia de la República de Andrés Manuel López Obrador: Con el Decreto se pide una disculpa y a la vez se engrandece y se manda el mensaje de : “Nunca más, para recuperar, libertades, democracia y justicia para el pueblo de México”.
Y agrego: “Yo soy hija del movimiento de 1968, pues mi Madre, como Profesora del Instituto Politécnico Nacional, fue despedida de su trabajo por participar junto a los estudiantes. Siendo una niña de solo 7 años de edad, la acompañe a visitar a Pablo Gómez y a otros presos políticos en Lecumberri ”, puntualizó.
La represión de estudiantes fue una gran decepción para los niños y adolescentes de los años setentas, pues represento la negación al discurso oficial y el de nuestros Padres que nos hicieron creer que estudiar era un privilegio y que terminar una carrera universitaria era sinónimo de patriotismo, prestigio personal y éxito, profesional y económico.
La mayoría de los jóvenes de aquella generación soñaban con servir, desde sus respectivas profesiones al desarrollo de la patria. El ejemplo de solidaridad lo había puesto Lázaro Cárdenas con la expropiación petrolera, a quien el pueblo “raso” le respondió apoyando a su gobierno con dinero de todas las denominaciones y hasta con gallinas, cerdos, entre otros animales para pagar el costo de la indemnización a las empresas petroleras extranjeras.
Pero oh, decepción, el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, consideró que luchar por la democracia y la derogación del artículo que consideraba que si dos o más personas se reunían y opinaban contra acciones del gobierno en turno cometía el delito de “disolución social”, merecía ser castigado.
Prefirió hacerlo para evitar manifestaciones que le hicieran sombra a la organización de las olimpiadas. Los soldados masacraron y apresaron a los jóvenes universitarios, a quienes equivocadamente se les consideró enemigos “comunistas”, cuando en realidad eran los mexicanos más preclaros en un país carente de suficientes profesionistas. Eran estudiantes alejados de los movimientos políticos, que para la mayoría, lo más importante era terminar su carrera de: Medicina, ingeniería, en derecho, administración de empresas, sociología, arquitectura, entre otras.
Tras la represión, Díaz Ordaz declaró, “totalmente extraviado” que salvó al país del comunismo. Embriagado de poder, nunca entendió que tal acto lo dejaría marcado para siempre, degradando su calidad humana, y como titular del Poder Ejecutivo. Pedir perdón a nombre del Estado por parte de Claudia Sheinbaum, en su calidad de la a primera mujer Presidenta en la historia de México, lo manda directo al basurero de la historia.
Cabe destacar que el término “comunista” ha sido utilizado para repudiar a movimientos sociales, y en su tiempo a quienes lucharon por el socialismo. De acuerdo a la teoría económica, ningún país en el mundo ha vivido en el Comunismo, pues es un régimen social que no existe, donde desaparece la figura del Estado, asicomo del Derecho, desde luego, sin instituciones gubernamentales. Así, en el ente teórico del la sociedad comunista, en su lugar operaria la autogestión social comunista, de tal manera, que en nuestro actual primitivismo mental, no se concibe un régimen social con esas características.
Luego entonces, el comunismo como régimen social, es solo una utopía anidada en las mentes perversas de la ultraderecha, que saca provecho de la descalificación, de la violencia y de los intereses políticos y económicos.
Gustavo Díaz Ordaz, prefirió actuar de manera dura y contundente para sacar adelante el compromiso de las olimpiadas. Prefirió la opción menos conveniente para él y su gobierno. Una acción que costó cientos de muertos, que lo marcó para escribir las páginas más negras de nuestra historia, al usar al ejército contra la vida de quienes luchaban por sus sueños y representaban la esperanza en la construcción de un México mejor.
• El autor es comunicador, periodista y analista político
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