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Los enterradores del INE

Desde mi Sofá | Obed Silva

Tijuana, B. C. 27 de marzo de 2022.- Lorenzo Cordova Vianello y Ciro Murayama Rendón, pusieron al INE exactamente donde el Presidente Andres Manuel Lopez Obrador lo quería tener y no sólo eso, se están encargando de sepultarlo.

Es importante recordar que el origen del IFE, transformado hoy en INE, fue la desconfianza acumulada durante largas décadas con motivo del control ejercido por el gobierno en los procesos electorales y cuya máxima expresión quedó registrada cuando a Manuel Bartlett Diaz se le “cayó el sistema” en 1988.

La confianza con la que nació en 1990 el IFE, se tradujo en certidumbre e incentivó la participación electoral.

Generando estabilidad al sistema político y dando tintes de legitimidad a la elección de los gobernantes.

Esa confianza en el organismo electoral alcanzó altos niveles en la elección presidencial del año 2000, en la que ganó el Pan, pero su autonomía empezó a ser cuestionada desde entonces.

Durante el sinuoso proceso electoral de 2006, el IFE (ahora INE) sucumbió a las presiones de la clase política gobernante y el entonces presidente del órgano electoral, Luis Carlos Ugalde, asumió el riesgo de no dar a conocer los resultados del programa de conteo rápido, provocando una profunda fractura que al día de hoy le está costando al INE la viabilidad como institución garante de las elecciones en México.

El 2 de julio de 2006, el presidente del IFE anunció vía televisión que; ”el Comité Técnico Asesor ha informado que no es posible determinar, dentro de los márgenes científicos establecidos para el Conteo Rápido, al partido o coalición que haya obtenido el mayor porcentaje de la votación emitida.”

A partir de ese momento, el IFE (ahora INE) recibió un tiro de muerte al perder lo que le había dado sustancia y razón de existir como una institución respetada y reconocida: la credibilidad.

Segundos después de que el presidente del IFE anunció la imposibilidad de dar a conocer el resultado del conteo rápido, el presidente Vicente Fox entró en cadena nacional para dar un mensaje de apoyo institucional al IFE.

Fox, quien desde la Presidencia se había encargado de combatir en la campaña electoral a Lopez Obrador, con su mensaje terminó de poner el último clavo al ataúd de una institución que naciera para dar certidumbre al pueblo de México respecto de sus elecciones.

El mensaje presidencial del 2 de julio de 2006, generó la creencia de que Fox sabía con antelación los resultados de la elección y que había un contubernio entre el IFE y el panista presidente de México para ocultarlos.

Doce años después, Andres Manuel Lopez Obrador obtiene la Presidencia de México en un proceso electoral conducido por el mismo instituto electoral que en 2006 se negó a informar el resultado del conteo rápido sin embargo, en 2018 Amlo ganó de manera avasalladora y sin que hubiera margen para regatear el triunfo.

Ahora, el INE debate su existencia con motivo del proceso de Consulta Nacional para la revocación del mandato a Andres Manuel Lopez Obrador.

Consulta ofrecida por Amlo desde el primer día del inicio de su campaña electoral en 2018 y que ahora como Presidente en consecuencia impulsa.

Con base en suposiciones de un interés reeleccionista de Amlo y sin contar con un sólido apoyo social, los opositores a Lopez Obrador han fracasado en tratar de evitar que se institucionalice la democracia directa y participativa en la que el pueblo decide, de ahí que quienes han tenido que encabezar la lucha anti Lopezobradorista sean los mismos encargados de organizar la Consulta; los consejeros del INE.

En la actualidad, el Consejo General del INE se compone de 11 ciudadanos electos por la Cámara de Diputados. Uno de ellos como Presidente y los 10 restantes como Consejeros Electorales.

No obstante, quienes se han convertido en los protagonistas de la oposición son dos, Lorenzo Cordova Vianello y Ciro Murayama Rendon.

Pareja no solo se opone, debate y opera en contra de la Consulta Nacional sino que asume posiciones francamente parciales faltando a los principios rectores que rigen a la institución de la que forman parte.

Además de la pública confrontación de Lorenzo Cordova con el Presidente y las instituciones federales, su compañero de lucha Ciro Murayama acuñó un concepto para llamar a NO participar en la próxima Consulta Nacional del día 10 de abril. Concepto al que bautizó como Abstención Activa.

Según Murayama, como en el proceso de Consulta Nacional para la Revocación de Mandato resulta indispensable un porcentaje mínimo de votación y que de no obtenerse, los ciudadanos que hayan decidido no ir a votar estarían mandando un mensaje de oposición a la Consulta y por tanto es una “activa abstención”.

De esta manera, el ofuscado consejero electoral, Ciro Murayama elucubra cómo justificar que el ciudadano no vote el próximo 10 de abril e invita a que haya una baja participación en la Consulta para con ello poder afirmar que el desdén del ciudadano es un movimiento político anti Amlo y que fue derrotado el intento de cimentar la democracia participativa en nuestro país.

Lamentable la conducta de Murayama que traiciona los principios rectores que rigen su actuar como Consejero Electoral, pero más lamentable resulta el cómplice silencio del resto de los consejeros y consejeras que componen el Consejo General del INE.

Curiosamente uno de los más activos opositores a la Consulta Popular para la Revocación del Mandato es, ni más ni menos que Luis Carlos Ugalde quien, en su calidad de presidente del IFE (ahora INE), se negó a dar resultados del conteo rápido en 2006 propinando así, un golpe de muerte al órgano electoral.

Ahora Ugalde ayuda a Lorenzo y a Ciro a enterrar al muerto que él mató.

¡Nomás por joder!

El 10 de abril, el INE mandará en promedio 2000 boletas por casilla para votar (siempre han mandado 750) que divididas entre los 600 minutos que dura la jornada electoral da como resultado que cada votante tendrá 3.3 minutos para ejercer su voto.

Conforme a la experiencia, un elector no dura 3 minutos en completar todo el proceso para ejercer su voto.

Esa es la manera como el INE inhibirá el voto popular el próximo 10 de abril para garantizar el fracaso de la Consulta Popular y que Ciro pueda anunciar el triunfo de la “abstención activa”.