La Pura Polaka | Jaime Esquer D.
Mexicali, B. C. 17 de marzo de 2024.- Una ola de indignación ciudadana recorre la república, mezclada con impotencia, incredulidad y coraje, a lo que se le suma el miedo existente
en el grueso de la población, por la crudeza de la violencia y la inseguridad ante la incompetencia del gobierno, que como en una película nada hace ni puede hacer, ante la pesadilla de horror que se vive en casi todo el territorio nacional.
Los hechos de sangre, las masacres y ejecuciones a toda hora son la nota cotidiana y a seis meses de concluir su mandato (el 30 de septiembre) y a solamente dos y medio de las elecciones (2 de junio) el panorama para el presidente es desolador y como el principal responsable de la conducción del país, el recuento de los daños es brutal y la evaluación real (no la de las encuestas) no le es para nada favorable, pues no hay avances sustanciales ni siquiera en un solo rubro de la administración gubernamental, como tampoco en los índices de calidad de vida de los habitantes del país.
Por el contrario.
Los retrocesos son prácticamente en todos los campos, sectores, áreas y actividades de gobierno y de la vida nacional.
Y considerando que debido a la famosa e inexistente “austeridad republicana” -que lo fue solamente para el discurso presidencial- desaparecieron un sinfín de dependencias y organismos gubernamentales, al reducirles su presupuesto al grado tal de hacerlas prácticamente inoperables en sus programas y acciones anuales que venían realizando, todavía hasta el 2018, por lo que más que austeridad lo que en realidad sucedió fue un verdadero “austericidio”.
Y eso considerando a las dependencias que les fue bien, porque a otras las borraron del mapa al ordenarse su desaparición como entidades de gobierno, bajo el pretexto de que había corrupción y malos manejos, situación que por supuesto nunca se mostró ni se comprobó y por lo mismo, nunca se detuvo ni se procesó a nadie por ello.
La realidad es que este hecho de desaparecer programas completos, al igual que organismos y dependencias fue para concentrar las bolsas presupuestales que venían manejando y canalizarlas principalmente hacia las obras que se consideraron prioritarias, como el ahora tristemente célebre Aeropuerto AIFA, cuyas instalaciones lucen desoladas, sin pasajeros y sin vuelos, porque nadie quiere hacer uso de esa obra innecesaria e inútil.
Igualmente aplica a los casos del Tren Maya y de la refinería Dos Bocas en Tabasco.
Estas tres obras emblemáticas del presidente no funcionan, están a medio terminar y no aportan beneficios a la población, además de que la sospecha real de corrupción radica ahí precisamente, ya que para su realización se infló en tres y hasta en cuatro veces su costo original, como es el caso del Tren Maya, cuyo costo anunciado inicialmente era de 120 mil millones de pesos, mismo que de acuerdo a los analistas y especialistas financieros, actualmente rebasa los 400 mil millones de pesos y sin estar aún terminado totalmente.
¿A dónde se fue todo ese dineral?
¿Quiénes se beneficiaron con el manejo discrecional de esa inmensa cantidad de dinero?
Pero el caso de la refinería Dos Bocas es peor, pues de 8 mil millones de dólares como se dijo al principio que sería el costo total de la obra, a la fecha ya supera los 20 mil millones de dólares y nadie sabe con precisión cómo y porqué ha sido el desmesurado aumento en los costos, puesto que los datos y la información detallada ha sido reservada por órdenes presidenciales al considerarse de “seguridad nacional”.
Ello, a pesar de que con “bombo y platillo” la refinería ya fue inaugurada por el propio presidente, pero sigue sin funcionar y la fecha anunciada para la supuesta entrada en vigor ha sido pospuesta una y otra vez por el propio mandatario, igualito como se ha hecho con el burdo engaño a la nación entera, de que “para el otro año vamos a tener un sistema de salud como el de Dinamarca”, que convencido, el presidente lo aseguró semana tras semana, mes con mes y año tras año, que hasta hartó con esa misma mentira.
Todavía a fines de diciembre del 2023 dijo que para marzo del 2024 los mexicanos tendrían un sistema de salud no solamente mejor que el de Dinamarca, sino del mundo…
Increíble el nivel de la mentira y del cinismo para hacerlo.
Y aquí sí que mentir con lo de la salud de plano es un crimen, pues tan solo en el caso de la desaparición del Seguro Popular, que beneficiaba a los sectores más necesitados y vulnerables del país, los daños han sido aún incalculables, ya que de golpe y porrazo se quedaron sin atención médica, hospitalaria y de tratamientos y medicinas cerca de 50 millones de personas, entre hombres, mujeres, niños y ancianos, que dependían absolutamente de este importantísimo programa, al no ser derechohabientes de ningún otro sistema de salud gubernamental, como el IMSS y el ISSSTE.
Tan solo en un programa, el de atención al cáncer, el gobierno del presidente López Obrador canceló un fondo para atender esta terrible enfermedad y otras derivadas, que era de casi 160 mil millones de pesos, lo que impidió -tan solo en el año 2021- que ya no se pudieran atender cerca de 8 mil tratamientos para casos de cáncer infantil y en adultos, principalmente mujeres.
Pero la misma barbaridad ocurrió en el sector del campo mexicano, donde los recortes fueron brutales año con año, dejando en el abandono y literalmente a la deriva a los productores agrícolas, a pesar de que esta actividad primaria es fundamental para el desarrollo de la economía y base de la subsistencia alimentaria del país.
El caso de los trigueros es tan solo uno de muchos ejemplos.
Pero lo mismo sucedió con el sector pesquero, al igual que con el turístico, con el comercial, con el de la ciencia, la investigación y la cultura.
Sucedió también con el medio ambiente, con el deporte y con los fondos para la promoción del cine y las artes, donde los recortes a unos programas y la desaparición de otros fueron la constante.
El caso de la educación, uno de los rubros más importantes en materia de gobierno, por obvias razones, igual fue duramente afectado por motivos presupuestales, donde entre muchos otros hubo un importante programa que fue desaparecido, pese a los reclamos de amplios sectores de la opinión pública, como lo era sin duda el de las Escuelas de Tiempo Completo, programa gubernamental que beneficiaba a cerca de 4 millones de niños, principalmente de las comunidades rurales y sub urbanas más pobres del país, pues eran centros escolares en donde se les dotaba de alimentación dos veces al día, ya que tenían horario corrido desde la mañana hasta las cinco y seis de la tarde y para la mayoría de los alumnos, esas eran sus únicas opciones reales de comer, dadas las condiciones de pobreza y de carencias en las que vivían.
El funcionamiento de las Escuelas de Tiempo Completo era tan exitoso que fue tomado de modelo por otros países, siendo reconocido también hasta por organismos mundiales, por los innegables beneficios sociales y de inclusión que ello implicaba para los sectores más vulnerables y desfavorecidos del país.
Sin embargo, nada de eso importó.
Al presidente no le importaron esos beneficios y esos reconocimientos y ordenó la desaparición del programa de Escuelas de Tiempo completo bajo los mismos pretextos de siempre:
Una corrupción que nunca pudo demostrar y que a la fecha aún no ha podido.
Igual que en el caso de aquel exitoso programa de estancias infantiles para mujeres trabajadoras viudas y madres solteras, el cual como muchos otros también desapareció.
Fue justamente ahí, al anunciar este doloroso y lamentable hecho para esas madres de familia, donde con absoluta falta de empatía y de sensibilidad y haciendo gala de un inconcebible cinismo, el presidente hizo famosa aquella expresión, -que como muchas otras quedará en el anecdotario político- cuando al referirse a los niños que ya no tendrían más estancias donde quedarse mientras las madres trabajaban dijo:
“que ahora los cuiden sus abuelitas”…
No es posible describir la odisea y la pesadilla que en muchos de los casos han de haber vivido y que seguramente siguen viviendo, las madres que de un día para otro se quedaron sin este servicio y sin saber qué hacer ni cómo hacerle, ante la disyuntiva de dejar a sus hijos a la deriva o irse a trabajar para apenas medio poder sobrevivir.
Ahora, en pleno ocaso de su gobierno y cuando parece vivir una especie de pesadilla de la que no puede despertar, al presidente se le regresa en su contra cual boomerang todo lo que no ha querido reconocer; los engaños, las traiciones, las simulaciones y mentiras y todos los errores, caprichos, ocurrencias y arbitrariedades, como si fueran uno solo.
Y de todo el caudal de problemas que hoy abruman al presidente y a su gobierno, de entre todos destaca uno en particular que le quita el sueño:
El que se desencadenen más hechos y más evidencias y testimonios, todavía peores de comprometedores de la corrupción de su gobierno y del papel que en ello presuntamente involucra a sus hijos, como los actores y protagonistas principales, pues lo que hasta hoy se ha mostrado y publicado, con contundentes evidencias, grabaciones y documentación clara y sin que haya una sola carpeta de investigación al respecto, representa apenas el inicio de lo que podría venir más adelante conforme se acerque la fecha de la elección presidencial.
Lo visto y escuchado hasta ahora parece ser solo la punta del iceberg.
El presidente lo sabe.
Quizá por eso su expresión de suma preocupación, lo mismo que la de su candidata presidencial.
En realidad que vivir con eso y fingir que no pasa nada sí que debe ser una verdadera pesadilla…
Y peor porque aquellos que se decían amigos, aliados incondicionales y socios empezarán a voltear la espalda y a dar lo que en política se conoce como “el chaquetazo”…
Va a estar heavy el cobro de facturas.
𝗖ontinuará…….
• El autor es escritor y analista político; las opiniones de los colaboradores de este portal son su responsabilidad.
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