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La colonia Sánchez Taboada y el efecto cucaracha

Desde mi Sofá | Obed Silva

Tijuana, B. C. 5 de junio de 2022.- Para el año 1989, el fraccionamiento Rodolfo Sánchez Taboada se había poblado rápidamente como producto de la reubicación de colonos de la zona del río Tijuana y por la invasión de tierras dirigidas por el CUCUTAC y la CNOP.

La “Sánchez” era gobernada por alrededor de unos treinta “líderes” detentadores de un control social que desapareció con la llegada de los panistas que los erradicaron, sin

entender la función social de los mismos.

Entre los años 1992-1994, resurgió la organización social promovida por el Programa Nacional de Solidaridad, pero al igual que sucedió con los panistas, el pragmatismo político priista no permitió que la floreciente organización social se convirtiera en un fuerte tejido social autogestionario.

La pérdida de la organización social y la sustitución de ésta con “operadores electorales”, convirtió la zona en tierra de nadie que fue ocupada por las bandas que hoy gobiernan el lugar.

El asentamiento de miles de viviendas construidas en un inmenso territorio de cerros y cañones produjo las colonias más pobladas de la zona sur oeste de la ciudad conformando un entramado de calles que se convirtió en una importante red de comunicación territorial gobernada por el crimen organizado. 

La desaparición de la organización social y la sustitución de las autoridades de gobierno por bandas delictivas, propició que el inmenso territorio poblado en su mayoría por personas en condiciones de pobreza, fuera el perfecto caldo de cultivo para la proliferación de “tienditas” que rápido diseminaron la enfermedad social más dañina; la adicción a las drogas.

El pasado 3 de junio, “la Sánchez” fue declarada por el Fiscal General del Estado como “la colonia más peligrosa de Tijuana”, al tiempo que anunció el operativo Alfa Sigma para “disminuir el número de homicidios dolosos” en esa zona de nuestra ciudad.

“Los objetivos son desocupar el primer lugar de homicidios entre los municipios fronterizos, y desaparecer de la lista de la ciudad más violenta del mundo al municipio de Tijuana, empezando por su epicentro, que es la delegación Sánchez Taboada”, declaró el Fiscal.

En noviembre de 2018, el presidente electo Andres Manuel Lopez Obrador presentó un programa distinto al aplicado por los anteriores gobiernos panistas y priistas que se apoyaron en la violencia policial y militar para combatir la inseguridad.

El planteamiento de Amlo se sustenta en la prevención de los delitos y atender las causas de la inseguridad, no los efectos.

“No se puede enfrentar la violencia con la violencia”, dijo López Obrador en la presentación de su Plan Nacional de Paz y Seguridad.

El 22 de febrero de este año, el mandatario reafirmó que “la paz es fruto de la justicia y no se resuelve el problema de la inseguridad solo con medidas coercitivas”.

De manera reiterada, las autoridades policiacas han sostenido que los terribles hechos de sangre en Tijuana se deben al “narcomenudeo”.

Por lo anterior, resulta crucial que aunado a la persecución policial para “erradicar” homicidios dolosos en Tijuana, también se pongan en marcha programas, con un tamaño de inversión en salud pública nunca antes vista, que combatan la causa de los homicidios producto del narcomenudeo; la enfermedad de las adicciones.

La lógica nos dice que al no haber consumidores de droga, no habrá narcomenudistas asesinados por vender droga en una esquina de la Sánchez Taboada o de cualquier colonia de Tijuana.

De lo contrario, seremos una vez más testigos del “efecto cucaracha”.

¡Nomás por joder!

La Teoría del Desplazamiento (efecto cucaracha) dice que; “la reducción de oportunidades para el delito, mueven el delito pero no lo erradica”.

Dicha teoría explica que frente a algún operativo de seguridad en un lugar específico para combatir los delitos, los criminales se esconden mientras pasa el operativo, cambian de lugar para seguir delinquiendo y/o cometen otro tipo de delitos, como el Secuestro.