Desde mi Sofá | Obed Silva
Tijuana, B. C. 19 de febrero de 2023.- A pesar de la pléyade de columnistas mexicanos dedicados a propalar que los fiscales de EE.UU. no tienen pruebas en contra de Genaro García Luna, es probable que la decisión del jurado neoyorquino cambie la narrativa sostenida durante los gobiernos panistas de Fox y Calderón, en materia de combate al narcotráfico.
Al margen del resultado, el proceso en contra de García Luna arrojó datos que señalan al ex Secretario de Seguridad Pública federal como malversador y negociante de tecnología para el espionaje, presuntamente oficial.
La organización civil Red en la Defensa de los Derechos Digitales (R3D), ha dado a conocer que a través del INAI obtuvieron facturas y contratos por adjudicación directa, celebrados por el gobierno federal calderonista con la empresa panameña Nunvav Inc. en 2011 y 2012, para la adquisición de tecnologías para el espionaje.
Se estima que el eslabón en la cadena de corrupción es el empresario israelí Alexis Weinberg (hijo de Samuel Weinberg), quien desde Nunvav habría transferido fondos a GLAC Security Consulting Technology Risk Management SC, compañía propiedad de García Luna y su esposa, Linda Cristina Pereyra.
Se afirma que el empresario israelí Samuel Weinberg, entabló amistad con García Luna cuando el ex Secretario era apenas un empleado del CISEN.
Tras la detención de García Luna en EE.UU., el gobierno mexicano congeló 11 cuentas bancarias y 29 inmuebles relacionados con García Luna y sus allegados; entre ellos, Samuel y Alexis Weinberg.
La Unidad de Inteligencia Financiera del gobierno mexicano los acusa de crear una red de empresas fantasma con Nunvav e ICIT para depositar millones de dólares en cuentas bancarias alrededor del mundo.
En su testimonio del pasado 25 de enero, Sergio Villarreal Barragán ─uno de los principales operadores del cártel de los Beltrán Leyva─ testificó que García Luna facilitó al Cártel de Sinaloa el acceso a tecnologías de intervención de comunicaciones, videovigilancia y espionaje, como las utilizadas por las autoridades federales.
De acuerdo con el narco testigo, García Luna utilizó a un representante israelí en la CDMX como contacto.
En los documentos obtenidos por R3D, se constata que la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) adquirió el sistema de rastreo de teléfonos móviles; “Location Tracking System en 2009”, a través de tres contratos por adjudicación directa a la empresa NICE Systems Lyd por 69 millones de dólares, el representante legal de NICE Systems era Samuel Weinberg.
A través de la empresa ICIT, ubicada en Polanco, personal de la SSP usó el software NiceTrack para generar información, que se presume fue comercializada por García Luna.
Además, al terminar su gestión al frente de Seguridad Pública, García Luna suscribió en 2013 un contrato entre su empresa GL & Associates Consulting (GLAC) con la panameña Merchant Maritime Agency representada por el secretario de Nunvav, Roberto Silvestri. En este contrato, Merchant se comprometió a pagarle 50 mil dólares mensuales a García Luna.
Otro contrato, celebrado en 2015 entre Nunvav y Delta ─empresa registrada por García Luna, con su esposa Linda Cristina Pereyra como presidenta─, indica que el funcionario recibiría pagos por 160 mil dólares al mes por concepto de consultoría.
La red de empresas dedicadas a vender equipos de espionaje al mejor postor (incluidos los narcotraficantes), ubican a García Luna en el centro de una multimillonaria industria del espionaje que floreció desde la Secretaría de Seguridad Pública durante el sexenio de Felipe Calderón.
¡Nomás por joder!
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