Desde mi sofá | Obed Silva.
Tijuana, B. C. 14 de abril de 2024.- En la semana que concluye se registró el primer debate entre las y el candidato presidenciales.
La comentocracia de TV y Radio coincidió en qué la candidata de la derecha no pudo levantar simpatía popular para su persona. Tampoco presentó una alternativa política de oposición que sea atractiva para ganar más adeptos, provocando una gran desilusión entre sus correligionarios y simpatizantes.
Cómo era previsible, la candidata puntera, Claudia Sheinbaum, no le siguió el juego a la pueril actitud de la candidata de la derecha y dedicó su participación en dar a conocer propuestas. Dejando asentado que la 4T promueve, en materia de bienestar social, “los derechos de los mexicanos y no los privilegios”.
El tema a debatir es fundamental pues establece la diferencia entre la visión de una izquierda moderna y una derecha arcaica.
A la candidata de la derecha ya no le quedó de otra que “montarse” en los programas sociales de la 4T y su oferta es disminuir el rango de edad de los beneficiarios e incrementar la cantidad de dinero que se dispersa entre adultos mayores pero, al mismo tiempo afirma que los apoyos económicos se entregarán “sólo a quienes los necesiten”.
Por su parte, Claudia Sheinbaum dejó establecido que los programas sociales en materia de salud, educación, empleo y vivienda son derechos sociales para el cien por ciento de los mexicanos y que la visión selectiva de la candidata de la derecha para otorgar los apoyos sociales solo a “quienes lo necesiten” produce burocracia, clientelismo y es una visión que promueve el privilegio.
Derecho para todos o privilegio para algunos. Ese es el fondo de la visión de sociedad que se debate hoy entre la izquierda y la derecha
En esta campaña electoral el quid de la cuestión entre las propuestas de la derecha y de la izquierda está en decidir si queremos para el futuro de México una sociedad de privilegios o una sociedad humanitaria.
¡Nomás por joder!
En ningún evento de la candidata Claudia Sheinbaum se vieron las huestes de sus “aliados” del PT, PVEM, Fuerza X México y PES. El “Plan C” en Baja California, es un barco que se va a pique.
• El autor es abogado, servidor público y analista político; su opinión no refleja la línea editorial de FormatoMx.
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