Desde mi sofá | Obed Silva
Tijuana, B. C. 11 de mayo de 2025.- Cambiar la cultura política implantada en México es tremendamente difícil y aún más, cuando esa cultura se convirtió en parte sustancial de la manera de ejercer el poder público en nuestro país.

Existen miles de casos que documentan la conducta de servidores públicos cuya convicción es la de asumir las viejas prácticas de abuso del poder.
Debido a su crecimiento exponencial, Morena enfrenta los retos que implican no solo la construcción de un partido nacido del “movimiento” sino también los que implican las responsabilidades de gobernar.
En este contexto, “levantar la mano”, como dijo el gobernador de Sonora, es la regla morenista para aspirar a un cargo de elección popular con mucha antelación. Regla que choca no solo con la práctica democrática, sino con la propia Ley Electoral.
Así las cosas, el pasado 4 de mayo el consejo nacional de Morena emitió un acuerdo al que denomino; “Lineamientos para el comportamiento ético que deben tener las personas representantes, servidoras públicas, protagonistas del cambio verdadero y militantes de Morena”
El larguísimo título es el de la cartilla moral para morenistas, en la que se describen las conductas inmorales que los miembros de ese partido no deben cometer.
La condena de dichas conductas está orientada a regular las pasiones despertadas entre quienes desean ser postulados como candidatos a uno de los miles de cargos que habrán de disputarse en los ámbitos federal y local durante 2027.
La cartilla moral tuvo su más reciente origen en una extensa carta que envió la Presidenta de México a su partido político.
En dicha carta se hace un largo recuento de la ruta que llevó a Morena al poder público y retoma recomendaciones hechas por la Mandataria con antelación.
Acerca del comportamiento de los morenistas, la Presidenta hace comentarios que hay quienes los interpretaron como dedicatoria a ciertos personajes que se han caracterizado por una conducta que la misma cartilla califica de “extravagante”.
La lista de las conductas que condena la cartilla moral es extensa sin embargo, contiene algunas que habrán de influir de manera importante en la lucha interna desatada en Morena.
Algunas son: el rechazo al nepotismo, al corporativismo, al uso de los aviones o helicópteros privados, a la ropa de marca, a guardaespaldas, a camionetas de lujo y blindadas, al turismo político, comer en restaurantes caros y otras “extravagancias”, como las califica la cartilla moral.
Al tiempo, se insiste que durante el proselitismo anticipado a las precampañas (denominado por Morena “defensa de la 4T”), no se permiten los anuncios espectaculares, la promoción de la imagen personal con recursos públicos o el otorgamiento de los servicios públicos.
Condiciones difíciles de cumplir para los servidores públicos que aspiran a “brincar” de puesto, ya que determinar el momento en que son “ciudadanos comunes” que no utilizan recursos públicos, por ejemplo sus sueldos para la promoción de sus aspiraciones electorales, es casi menos que imposible.
Al final, el acuerdo del consejo nacional de Morena invita a sus aliados, el Partido Verde y el PT, para que hagan suyos los lineamientos, lo que se antoja improbable ya que por esas vías escaparán muchos morenistas para eludir la cartilla moral que les impusieron.
Con los lineamientos morales para morenistas, las broncas por incumplimientos podrían ser muy interesantes y la oposición las podría aprovechar, pero como no lo harán, los morenistas tienen el camino libre para darse hasta con la cubeta.
Nomás por joder! Quienes pretenden brincar de puesto, deben prescindir de guaruras y autos de lujo, esconder los Rolex y disimular las mansiones, comprar ropa en WalMart y comer en Sanborns.
- El autor es abogado, experto en temas electorales y analista político.
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