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AMLO en la mira de EEUU 

La Pura Polaka | Jaime Esquer D.

“𝑆𝑖 𝑣𝑒𝑠 𝑙𝑎𝑠 𝑏𝑎𝑟𝑏𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑡𝑢 𝑣𝑒𝑐𝑖𝑛𝑜 𝑐𝑜𝑟𝑡𝑎𝑟, 𝑝𝑜𝑛 𝑙𝑎𝑠 𝑡𝑢𝑦𝑎𝑠 𝑎 𝑟𝑒𝑚𝑜𝑗𝑎𝑟”

Mexicali, B. C. 6 de febrero de 2024.- La política es cruel y generalmente funciona como una guerra donde no hay compasión, contemplación ni misericordia por nada ni por nadie.

En la lucha por el poder lo único que prevalece -y solo por un tiempo determinado- es el lazo de intereses, componendas, acuerdos y compromisos que se establecen entre quienes forman parte de ese poder y que mientras dure los mantiene unidos circunstancialmente.

Porque ahí, en la reducida estructura de los que forman parte del punto más alto de la pirámide de ese poder, es donde se diseñan, aprueban, operan y echan a volar los más importantes acuerdos, arreglos, negociaciones y decisiones en materia política, económica y social del país y todo lo que tenga que ver con ello.

Pero no siempre todo sale a como fue planeado, pues si en algo hay imponderables y donde nada es seguro, es precisamente en la política, pues tratándose del poder y cuando hay tantos intereses en juego, todo puede suceder, aunado a que las traiciones están siempre latentes y pueden surgir en el momento menos pensado, que a veces suele ser en el peor momento.

Por algo parecido está pasando el presidente López Obrador, en la parte más difícil y compleja para él, dada su personalidad y su muy particular forma de ser y de actuar, que no admite ni entiende razones que no sean más que las de él, pues en el inicio del ocaso donde se encuentra, a escasos siete meses y tres semanas de concluir su gestión presidencial (termina el último de septiembre del presente año 2024) y en el contexto de una sucesión presidencial donde su candidata peligrosamente no levanta y no despega ni convence más allá de la nómina y del círculo de seguidores y beneficiarios del poder, el mandatario de pronto se ve acorralado y rebasado por todo un  mar de situaciones y circunstancias adversas que escapan a su control, que ya no puede contener ni evadir o disimular con su sola narrativa, tal y  como lo ha venido haciendo durante toda su presidencia.

Y algo que el presidente no valoró ni consideró desde el principio, -o que quizá no vio ni comprendió, dada su limitadísima capacidad intelectual y conocimiento de lo que es el mundo internacional- fue el papel que juega Estados Unidos en el continente americano y su particular relación con los gobiernos de los países que lo integran, donde México es y ha sido un importante y estratégico actor, no solamente por las cuestiones comerciales bilaterales que se llevan  a cabo, sino por  la situación geopolítica y de indudable seguridad nacional que representa el hecho de compartir una frontera de más de tres mil kilómetros, la cual comprende a seis entidades fronterizas con importantes puertos de entrada y salida, como lo son Baja California, Sonora, Chihuahua, Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas.

Ya que por estos puertos fronterizos no solamente cruzan personas, mercancías y productos de exportación e importación de manera legal, sino que también sucede de manera ilegal con drogas y estupefacientes de diverso tipo, al igual que armas, municiones, materiales y equipo táctico relacionado con instrumentos de destrucción masiva, así como el arribo de grandes corrientes migratorias venidas de todos los puntos del continente, que luego de transitar por la república mexicana, los que logran sobrevivir llegan a estas puertas fronterizas buscando ingresar  a Estados Unidos sin la documentación legal requerida.

Este tema especial de drogas, tráfico de armas y migrantes está íntimamente ligado con los carteles del narcotráfico que operan en el país y por el cual ha sido fuertemente señalado el mandatario mexicano, en el sentido de que su gobierno ha sido una especie de protector que ha tolerado y no ha combatido como debiera a estas organizaciones que se desenvuelven al margen de la ley, actuando impunemente gracias a la indiferencia y hasta complacencia de las propias autoridades mexicanas.

Todo este conjunto de problemas más las otras problemáticas graves en el país que sin solucionarse se vienen arrastrando de tiempo atrás, entre las que destaca en primer término la violencia y la inseguridad con una secuela interminable de crímenes acumulados que ya rondan los 180 mil, parecieran estallarle cronométricamente al final de su sexenio  al presidente López Obrador, pero la peor de todas estas problemáticas está completamente fuera de su control y del disimulo que cotidianamente hace a través de las conferencias mañaneras, pues viene precisamente de Estados Unidos, desde donde todo indica que  le están cerrando fuertemente la pinza, en un ajuste que de ser necesario podría hasta terminar reventándolo.

Y un fuerte primer aviso de ello ya se dio desde abril del 2022, -aunque AMLO no le hizo caso- hace justamente un año y diez meses, cuando Anne Milgram hizo una muy fuerte declaración que es al mismo tiempo una seria advertencia, en su calidad de jefa de la DEA, por sus siglas en inglés Drug Enforcement Administration (Administración del Control de Drogas) el temido organismo del gobierno de Estados Unidos responsable de hacer cumplir las leyes sobre sustancias controladas en ese país, así como de combatir el tráfico y el consumo de drogas y coordinar también las investigaciones estadounidenses relacionadas a las drogas en el exterior.

La titular de la DEA envió un durísimo mensaje que muchos actores políticos interpretaron como destinatario al presidente de México, pues en él hizo alusión a los abusos que se hacen desde el poder al apoyar las actividades delictivas y el narcotráfico en particular, donde la alta funcionaria señaló lo siguiente:

“Este caso debe enviar un mensaje claro a cualquier líder extranjero que abusa corruptamente de su poder para apoyar a los cárteles de la droga”…

… “Si aceptas dinero de la droga para tu elección, si aceptas sobornos de cárteles de la droga, si traficas drogas, si proteges a los cárteles criminales de la droga y si permites que la violencia y el asesinato florezcan a manos de los cárteles, entonces la DEA no se detendrá ante nada para hacerte responsable de tus crímenes…

…“Y si crees que puedes esconderte detrás del poder de tu posición, estás equivocado”.

Aunque el fuerte y amenazante mensaje de Anne Milgram desde el Capitolio en Washington como jefa de la DEA en Estados Unidos y difundido en video, fue interpretado como una advertencia al presidente López Obrador, en realidad el contexto fue por la extradición que el gobierno estadounidense hizo del ex presidente de Honduras Juan Orlando Hernández, acusado de delitos de narcotráfico y de protección a las bandas delincuenciales durante su periodo de gobierno en ese país, razón por la  cual fue extraditado a Estados Unidos para ser juzgado.

De cualquier manera, el duro mensaje provocó revuelos entre la clase política mexicana, particularmente entre la oposición, quienes interpretaron ese  discurso como una clara señal de advertencia al presidente mexicano por la evidente inacción  de su gobierno para combatir a los delincuentes, a quienes en su difundida “estrategia” de “abrazos no balazos”, si es que se le puede llamar estrategia, lo que en realidad les está diciendo de una manera  implícita es que pueden hacer lo que quieran y actuar libremente y sin preocuparse de nada, pues el gobierno lejos de intervenir para detenerlos y encarcelarlos por sus actividades ilícitas, los va a dejar ser y  los va a “apapachar y abrazar”.

Y a manera de referencia baste tan solo recordar aquellas por demás inverosímiles declaraciones para un presidente de una nación como México (y así fuera el de cualquier otro país) cuando en una de sus soporíferas y opiáceas conferencias mañaneras, López Obrador dijo refiriéndose a los delincuentes que insisten en continuar por ese camino:

 “los vamos a acusar con sus mamás o con sus abuelitas”… 

Y todavía luego de esa inusitada declaración, el propio presidente de la república se carcajeó en su clásico tono burlón, al tiempo en que se balanceaba de un lado a otro, paseando una mirada extraviada y sin un punto fijo, con una expresión en el rostro que no reflejaba  ni un mínimo de compasión, empatía ni pesar por las miles y miles de víctimas de la extrema violencia que azota duramente en todo el país y de la que su gobierno no se hace responsable,  como si no existiera el diario acumulamiento de asesinatos de alto impacto, de feminicidios, de levantones, violaciones de mujeres, casos de desaparecidos, robos de todo tipo, asaltos y despojos en carreteras, robos en comercios, en casas y establecimientos y asaltos en camiones urbanos de pasajeros, que traen vueltos locos a los ciudadanos.

Y todo el desastre de problemas que con una gran fuerza e impacto se le están manifestando al presidente al final de su gobierno, es resultado de que lejos de haber sido atendidos para buscar ser solucionados en su momento, fueron negados y ocultados mediante la recurrida estrategia de “los otros datos”, para evadir la realidad y pretender engañar con ello a la opinión pública.

Sin embargo, la realidad tarde o temprano siempre sale a flote a pesar de todo, incluyendo también a los famosos e inexistentes “otros datos”.

Ya lo dijo el presidente de Estados Unidos Abraham Lincoln, uno de los más queridos y respetados de la cultura y la historia política de ese país:

“Podrás engañar a todas las personas algunas veces y podrás engañar a algunas todo el tiempo, pero nunca podrás engañarlos a todos todo el tiempo”.

Y hoy, el presidente López Obrador ya no puede engañarlos a todos todo el tiempo, pues el tiempo y la realidad se han encargado de colocar las cosas en su verdadera y justa dimensión, más allá de los “otros datos”.

Mientras tanto, desde Estados Unidos al presidente le aprietan las tuercas y le pegan durísimo con serias acusaciones y señalamientos sobre corrupción, impunidad, tráfico de influencias y presuntas relaciones de su gobierno y de su propia persona con el narcotráfico,  por supuestos apoyos recibidos, presunción que aunque pudiera ser cierta o no comprobarse, de entrada mancha su gobierno y pone en serias dudas las banderas de “honestidad y combate a la corrupción” y aquello de “nosotros no somos iguales”, en lo que parece ser un ataque organizado, políticamente cronometrado y sistemático, pues sucede en el momento justo y le pegan donde más le duele, que es destapando la cloaca de la corrupción donde los hijos presidenciales y buena parte de la familia, amigos y allegados estarían implicados.

El asunto es muy serio y apenas va empezando a tomar forma, fondo y color, pero si los güeros ya lo soltaron, que no se andan con cosas así nada más como así, ha de ser por algo.

Sin embargo, el presidente López Obrador, no se sabe si por ignorancia o por arrebato o de plano por jugarse una arriesgada carta, cometió un tremendo error de estrategia política que ni los más novatos hacen y que ni los verdaderos “cintas negras” se atreven:

Retó al gobierno de Estados Unidos a que presenten pruebas de las acusaciones que le hizo un destacado periodista de ese país (no el gobierno) de estar ligado al narco o que ofrezcan disculpas…

Como si en Gringolandia hubiera amlovers, chairos y pejefans que todo le creen…

Esas maromas sin red de protección son estrictamente para consumo del mercado nacional…

Y se la aventó como si no existiera Estados Unidos ni la DEA…

Qué valor…y más que dicen que la DEAlado tiene más anaqueles que los del Blockbuster, donde hay tomas completas en zoom y en Technicolor, Panavision y hasta en formato 3D, en las que salen rutilantes estrellas y primeros actores de la compañía “Bienestar Corporation & Family”, dándole pero bien duro a la llenadera, cargadera y llevadera de costales con puros cueros de rana, conocidos también como “green papers”…

O como decía aquella muy bien ilustrada y culta revista solo para intelectuales muy orgánicos:

“llenólos  y repletólos de dólares y cargólos  al carrólo”…

Pero esta historia con las películas de la DEA, sin contar las de Peña Nieto, serán parte del argumento para siguientes ediciones, pues la cosa está que arde, sigue muy fea y se pondrá todavía pior de gacha, por lo que el tema dará como para unos diez libros.

Así es que no hay que ir ni al baño porque ya lo traen en la mira y en un descuido y en ese lapso “hasta la vista beiby”…nos ponen un sustituto y hasta nos cambian de candidata. 𝗖ontinuará……. 

• El autor es escritor y analista político; las opiniones de los colaboradores de este portal son su responsabilidad.