Ciudad de México, 2 de noviembre de 2024, (MÁS IA).- A un mes de haber asumido la presidencia, Claudia Sheinbaum ha transformado las conferencias matutinas instauradas por Andrés Manuel López Obrador.
Aunque decidió conservar el formato, Sheinbaum ha adaptado las “mañaneras del Pueblo” para reflejar su propio estilo de gobierno, marcado por la estructura y la conciliación, alejándose del tono combativo de su antecesor.
Desde su inicio, las mañaneras de López Obrador rompieron paradigmas en la política mexicana al convertirse en un canal directo con la ciudadanía, marcando la agenda pública y restando protagonismo a los medios de comunicación tradicionales. Mientras para algunos estas conferencias eran un ejemplo de transparencia, otros las criticaron por su tono de confrontación, donde la oposición y la prensa independiente fueron cuestionadas frecuentemente. Ahora, con Sheinbaum en la Presidencia, este ejercicio de comunicación continúa, pero con un enfoque que prioriza el orden y el diálogo técnico sobre la confrontación política.
Las “mañaneras del Pueblo”, nombre con el que se rebautizó esta práctica diaria, ahora inician a las 7:30 horas, media hora después de lo acostumbrado con López Obrador, y su duración promedio es de una hora menos. En lugar del fondo rojo oscuro y el emblema de próceres mexicanos, la sala se ha decorado en blanco y con una ilustración de una joven mexicana, “símbolo de tantas generaciones de mujeres invisibilizadas”, según lo expresó Presidencia.
A nivel operativo, también se han introducido cambios importantes. El sorteo para la asignación de preguntas es más ordenado y busca evitar favoritismos, permitiendo una participación más democrática de los medios. Además, Sheinbaum ha pedido a los periodistas que mantengan sus preguntas breves y que se eviten las promociones personales en el micrófono, con lo cual busca agilizar el desarrollo de cada conferencia.
Para Dalila Sarabia, periodista de Animal Político, las diferencias entre las conferencias de López Obrador y Sheinbaum son notorias. Mientras que el expresidente utilizaba las mañaneras para criticar a sus adversarios y al neoliberalismo, Sheinbaum evita la confrontación directa y delega temas específicos a expertos y funcionarios.
Cada día, las conferencias incluyen un segmento temático, con enfoques variados en áreas como salud, historia y género, lo que da un tono más institucional a las presentaciones.
“AMLO siempre encontraba el momento para lanzarse en contra de la oposición”, comenta Sarabia. En cambio, Sheinbaum no ocupa esta tribuna para lanzarse contra estos grupos. Aunque ocasionalmente da su opinión, Sarabia señala: “Sus señalamientos son concretos y no se engancha”.
El especialista en comunicación política Luis Ángel Hurtado considera que estos ajustes reflejan el enfoque ordenado de Sheinbaum: “A diferencia de AMLO, Sheinbaum busca posicionar temas específicos y llevar un orden, con el claro propósito de que no se piense que este ejercicio parte de la improvisación”.
Otra diferencia fundamental radica en el papel de Sheinbaum como líder de gobierno. Según Humberto Beck, historiador y comentarista político, AMLO utilizó las mañaneras como un pilar de su carisma y autoridad política, consolidándolas como una institución de comunicación directa que no se va a poder dar vuelta en la política mexicana al menos en una generación.
Beck sugiere que, en cambio, Sheinbaum compensa su falta de carisma confrontativo con un enfoque técnico-científico, lo que le ha permitido un tipo de comunicación más enfocado en temas de gestión que en discursos ideológicos.
Aunque Sheinbaum llega con una fuerte base de apoyo –obtuvo el 60 por ciento de los votos y, según encuestas, cuenta con una aceptación del 90 por ciento– su proyecto parece tener un enfoque más de administración que de transformación profunda. En lugar de centralizar la voz del gobierno, Sheinbaum da protagonismo a sus secretarios y expertos, quienes frecuentemente presentan los temas del día en cada conferencia, una diferencia clave en comparación con López Obrador, quien era la voz preeminente en sus propias conferencias.
Este estilo de gobierno menos confrontativo y más delegado refleja un momento político diferente, en el que Sheinbaum se enfrenta a una oposición más fragmentada y cuenta con mayorías parlamentarias que respaldan su gestión. Así, sus mañaneras son una plataforma para consolidar su propia identidad política dentro de un proyecto de continuidad con cambios, buscando una imagen que prioriza la conciliación y el manejo ordenado de los temas públicos.
* Tomado de Más Información
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