Desde mi sofá || Obed Silva
Tijuana, B. C. 20 de octubre de 2024.- Una arraigada creencia entre políticos y empresarios locales es que si el titular del Ejecutivo Federal es amigo de Baja California, nos irá bien.
En el sexenio 1970-1976, la creencia quedó demostrada con las grandes inversiones que hizo el gobierno de Luis Echeverría, sobre todo la canalización del río Tijuana.
Para el siguiente gobierno federal, la amistad entre Jose Lopez Portillo y Don Roberto de la Madrid, fortaleció la creencia.
Durante el periodo de Miguel de la Madrid, las devaluaciones del peso pegaron fuerte a la frontera y la actuación del gobierno federal en la entidad no tuvo mayor realce.
Con el gobierno de Carlos Salinas la concertación con el panismo fue el precio que el Estado pagó.
La llegada de Ernesto Zedillo generó entusiasmo pues se asumió que el Doctor, como hijo adoptivo de Mexicali, apoyaría a Baja California. La esperanza se diluyó por los compromisos con el gobierno panista.
A pesar de la alineación política panista en los sexenios de Fox y Calderon, Baja California no fue un estado favorecido por ambos Presidentes. Salvo el cargo de Francisco Blake Mora como Secretario de Gobernación, no se recuerdan grandes acciones del gobierno federal durante esos doce años.
El sexenio peñanietista no se apartó mucho de la línea zedillista, la indiferencia continuó y el “apoyo” federal fue más laxo que decidido.
Con el triunfo de López Obrador regresó el entusiasmo y la amistad del fundador de la 4T con el gobernador Jaime Bonilla, hizo suponer que “a Baja California le iría muy bien”. Dos años fueron insuficientes para demostrarlo.
El relevo en el gobierno del Estado trajo nuevas expectativas y las constantes visitas del Presidente López Obrador a Baja California dejaron patente el aprecio del Ejecutivo Federal por un Estado que le brindó una de las votaciones más copiosas del país.
En este periodo, se hicieron fuertes inversiones federales en Tijuana en donde se ejercieron miles de millones de pesos para construir hospitales, la garita otay II y el primer viaducto elevado de la ciudad que ayudará al flujo vehicular citadino y desde Mexicali hacia la zona costa del Estado.
Conforme a sus declaraciones, la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha dejado constancia de que le tiene puesto el ojo al Estado 29 y de manera particular a Tijuana.
Los pronunciamientos de la Presidenta respecto a nuestros problemas de seguridad pública, pobreza, déficit de agua y vivienda, contaminación al medio ambiente, migración, empleo, política fiscal, movilidad e inversión en infraestructura, indican que la mandataria tiene un diagnóstico claro sobre las condiciones en las que vivimos en el municipio más poblado de México.
El reto para los gobiernos estatal y municipal de Tijuana, es aprovechar la extraordinaria oportunidad que representan el interés y la claridad que tiene la Presidenta respecto a lo que hay que atender en nuestra ciudad.
Sobre todo, considerando que los 36 meses que les restan a ambas administraciones, es muy corto tiempo para enfrentar los grandes rezagos heredados.
El tiempo nos dirá si fue válida la creencia de que tener una amiga en la Presidencia de México, sirvió para que Tijuana cambiará en el sentido que necesita la mayoría de la gente.
¡Nomás por Joder!
Tiempo de mujeres: “Cuando veas las barbas de un diputado cortar, pon las tuyas a remojar”.
• El autor es abogado, servidor público y analista político.
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