Desde mi sofá | Obed Silva
Tijuana, B. C. 28 de julio de 2024.- Es probable que la obra de arte del mundo moderno que más influyó para crear un sentimiento de veneración hacia el crimen organizado es la película “El Padrino”, basada en la novela del
escritor y guionista de cine neoyorquino Mario Puzo.
A mediados de 1960, Puzo redactó su novela con una combinación de recuerdos de su infancia, el estudio de archivos sobre los clanes mafiosos y grandes dosis de imaginación.
La adaptación de la novela para un guión de cine, cambió la realidad del mundo de la mafia estadounidense para convertirlo en uno lleno de romanticismo.
La saga cinematográfica produjo el efecto de que el personaje central de la película (“capi de tutti de capis”) fuera aceptado por el mundo como un ser mitológico y bondadoso.
“El Padrino” es un clásico que revivió el género de gángsters, siendo fuente de inspiración para las películas que le siguieron y de las series de TV, cuyo éxito hoy es inconmensurable.
El mundo del crimen organizado se ha idealizado al grado tal de convertirlo en un ejemplo de riqueza y placer digno de ser imitado por millones de personas.
De igual manera, el crimen organizado se convirtió en la razón de existir de las poderosas agencias de policía dedicadas al “combate de la delincuencia”.
Los gobiernos del mundo, y México no es la excepción, invierten miles de millones de dólares en el rubro de la seguridad pública. Tema que hoy juega un papel fundamental en las campañas electorales.
En este escenario, se llevó a cabo la aprehensión de un gran capo mexicano, “jefe de jefes” de la industria del narcotráfico nacional, quien se encuentra en una cárcel del vecino país para responder por los atroces delitos que se le imputan.
En medio de una nube de misterio, la DAE difundió el informe de tal hazaña y desplegó un plan de venganza por los supuestos agravios recibidos del Presidente de México.
El sospechosismo y la intriga colman los noticieros propiciando que sea el tema de moda para la comentocracia, al tiempo que la oposición de derecha en México sueña con el día que los marines norteamericanos vengan a tomar preso a AMLO.
Si al capo se lo llevaron o se entregó, resulta intrascendente. Lo que importa es abonar a la campaña de la candidata del partido Demócrata y dejar en ridículo al gobierno de México.
Por lo demás, el hecho producirá nuevos “jefes de jefes”, jugosas ganancias en corridos tumbados, películas y series de televisión, mientras que los funcionarios de la DEA se aprestan a cobrar los 15 millones de dólares de la recompensa.
¡Nomás por joder!
La virtual candidata presidencial Kamala Harris, señala en su autobiografía a las compañías farmacéuticas como las directas responsables de introducir el consumo de opiáceos en las comunidades estadounidenses.
• El autor es abogado, servidor público y analista político; su opinión no refleja la línea editorial de FormatoMx.
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