Formato MX

Portal de Noticias

AMLO contra la pared 

La Pura Polaka | Jaime Esquer D.

“𝘌𝘯 𝘶𝘯 𝘱𝘢𝘯𝘵𝘢𝘯𝘰 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘮á𝘴 𝘴𝘦 𝘮𝘶𝘦𝘷𝘦𝘯, 𝘮á𝘴 𝘴𝘦 𝘩𝘶𝘯𝘥𝘦𝘯”

Mexicali, B. C. 12 de febrero de 2024.- Los recientes acontecimientos políticos que como lluvia ácida le han caído al presidente López Obrador, lo han colocado en una situación nunca antes vista en su gobierno, ni siquiera comparable al escándalo de la “Casa Gris en Houston” con su hijo mayor, ni cuando la periodista y anteriormente aliada Carmen Aristegui sacó aquel tremendo

reportaje sobre los chocolates y las tranzas de los hijos presidenciales.

López Obrador pareciera estar arrinconado, contra la pared y en el banquillo de los acusados y luce como quien cae a un pantano, que entre más se mueve más se hunde, a causa de los durísimos señalamientos del reconocido y premiado periodista estadounidense Tim Golden, quien a través de una investigación periodística de varios años, dio a conocer evidencias y testimonios de testigos protegidos donde en el punto central plantea que López Obrador recibió apoyos y aportaciones económicas de los carteles delincuenciales para su campaña presidencial en el 2006, tema que desató una verdadera hecatombe política en su gobierno y en su persona como mandatario, con fuertes repercusiones en la candidata presidencial Claudia Sheinbaum, en virtud de que se les vino una abrumadora tormenta mediática, sobresaliendo entre otros el hashtag “AMLO PRESIDENTE NARCO”, que no han podido parar.

Lo peor fue que nadie de quien se supone forma parte de su círculo cercano pudo hacer nada para detener y contrarrestar el efecto en cascada que se desató de inmediato y que aún no han podido frenar, pues este escandaloso asunto continuó siendo por segunda semana consecutiva la tendencia número uno en las redes sociales y en los medios de comunicación, lo que en el argot se le conoce con el anglicismo de “trending topic”, aunado al río de memes y caricaturas denostando la figura presidencial.

A lo más que llegaron como estrategia política de respuesta fue a lo mismo que han hecho siempre, que es soltar la jauría de seguidores, aduladores y opinadores alineados al régimen y echar a andar la maquinaria de  bots, que no son otra cosa que las  miles de cuentas ficticias en las redes que simulan ser personas reales, donde se ataca a la oposición y se replican las opiniones favorables y en defensa del gobierno de López Obrador, con el fin de inducir las  tendencias en la información que circula en los sitios de internet.

Sin embargo, el presidente López Obrador fiel a su estilo de reaccionar más con impulsos que con inteligencia emocional, en lugar de matizar el hecho buscando una salida políticamente inteligente le echó más leña a la lumbre, pues de entrada y como primera respuesta al reportaje cometió tremendo error al irse contra el periodista, a quien acusó de ser un mercenario y de estar al servicio de la DEA.

(Tim Golden) …“es un peón, un mercenario del periodismo, como los hay en México los hay en Estados Unidos y los hay en todo el mundo, pero eso tiene que ver con el Departamento de Estado” aventuró en señalar en sus primeras reacciones al reportaje que apareció desde el miércoles 31 de enero.

Es decir; el presidente  fue presa de la llamada “Sicología Inversa” y también de lo que se conoce como “el efecto Streisand” o “Síndrome Bárbara Streisand”, ya que de inmediato acusó el efecto del golpe y reaccionó con el hígado como acostumbra, en lugar de hacerlo con el cerebro, pues se fue de bruces desacreditando al mensajero, no así el mensaje, desbarrando feamente con ese delicado tema desde el momento en que surgió a la opinión pública, ya que en su visceral reacción hacia el periodista no negó lo que dijo, -tal y como lo marca el manual de guerra-  sino que  centró su atención y ataque en la persona emisora del mensaje en lugar de negar el mensaje mismo, lo que dejó la impresión de que era cierto,  desatando con ello una interminable cadena de errores con un efecto dominó, que ante la ausencia casi absoluta de una estrategia política de comunicación y de posicionamiento ante ese tremendo broncón,  nadie del gobierno y ni del partido en el poder  pudo hacer algo verdaderamente efectivo para contener y revertir sus efectos.

Aunque se debe subrayar que, en este caso, el propio presidente no se deja ayudar, pues no escucha ni le hace caso a nadie, además de que nadie se atreve a contradecirlo y menos a hacerle ver que está equivocado en lo que hace y dice, pues hay que recordar aquello cuando sentenció; “diez por ciento de capacidad y noventa por ciento de lealtad”, inapelable e indiscutible premisa que estableció para sus colaboradores, lo que traducido quiere decir lo siguiente:

-El conocimiento es lo de menos, lo mismo que la capacidad, la experiencia y habilidades y competencias para el cargo; lo que verdaderamente importa es la lealtad ciega y la sumisión absoluta hasta la ignominia; o están conmigo pese a lo que sea, o están en mi contra.-

Por ello fue que una vez que explotó ese tema y que  al presidente y a su gobierno lo golpearon feamente y sin misericordia en las redes sociales, se le vio después sumamente nervioso, con un lenguaje corporal y expresivo que así lo delataba cuando salió a la conferencia mañanera donde el tema necesariamente iba a ser abordado, a pesar de que los pseudo “periodistas” de ese show arreglado y montaje  prefabricado a modo le hicieron preguntas que ni al caso, pero fue inevitable hablar de ello, en virtud de que lo de “AMLO presidente narco” ya era la principal tendencia con un enorme y penetrante ruidajo en las redes, no solamente en México, sino también en buena medida en países de Latinoamérica y de Estados Unidos.

En esta pocas veces vista coyuntura política, para los partidos y actores políticos de la oposición el tema y las reacciones del presidente constituyeron carnita pura, pues se lo endosaron junto a las denuncias de corrupción de sus hijos, asunto que ya estaba en el ambiente político y que por si fuera poco se sumó al caso de las declaraciones de  la DEA de Estados Unidos, en las que plantearon que hubo financiamiento de los carteles  para las marchas y plantones de protesta que encabezó AMLO en el 2006 y que el vínculo  para recibir esos apoyos era el propio chofer de López Obrador, Nicolás Molinero, mejor conocido como “Nico”.

Estos graves temas,  más las reacciones y las equivocadas respuestas presidenciales desataron tremenda polémica, por lo que de  inmediato se replicaron en las redes sociales y en la mayoría de los medios escritos y audiovisuales -incluidos hasta los chayoteados por el régimen- pues la nota era de primera como se dice, lo que  constituyó para la oposición la oportunidad de oro que estaban esperando, ya que este evento surgió justamente en el contexto del “impasse” o compás de espera de la intercampaña, en el que los candidatos se encuentran resguardados, limitados por la ley y sin poder hacer declaraciones explícitas, mientras llega el arranque oficial de la campaña a partir del día primero de marzo.

Sin embargo, el presidente siguió cometiendo errores de una torpeza tal, que hicieron que el tema siguiera vivo, incluso todavía más fuerte, pues partiendo del concepto de la sicología inversa se pudo ver como al pretender imponer su versión respecto al candente tema de los apoyos recibidos del narco, sucedió exactamente todo lo contrario, ya que al momento en el que el ruido parecía empezar a apagarse, AMLO lo volvió a encender justo en el día ocho de ser tendencia -el jueves ocho de febrero- cuando declaró muy ufano y según él minimizando el reportaje de Tim Golden que lo vincula al narco, que eso le había hecho “lo que el viento a Juárez”:

¿“Qué nos hizo”?

“No nos hizo nada…nos hizo lo que el viento a Juárez;  nada… a pesar de los 170 millones de menciones y reproducciones (del tema) que fue promovido en todas partes, hasta en Argentina”…

“Magínensen”… remató al momento de balancearse visiblemente nervioso, aunque tratando de sonreir y paseando una extraña mirada perdida  hacia la nada, al tiempo en que se agarraba la nariz, se tocaba la boca y el rostro y se rascaba la cabeza, en esos gestos involuntarios e inconscientes que seguido manifiesta; expresiones que de acuerdo a los sicoanalistas y expertos en el lenguaje corporal y gesticular, son señales características e inequívocas en las personas que están mintiendo.

Justamente ahí, en su púlpito mañanero, donde a lo largo de más de cinco años AMLO ha dicho las cerca de 120 mil mentiras, entre declaraciones erróneas o imprecisas y afirmaciones falsas o sin comprobar, tal y como ya lo sustentó debidamente la plataforma “SPIN; Taller de Comunicación Política” del especialista en comunicación política Luis Estrada.

Desde ahí en su mañanera, el presidente López Obrador evidenció el llamado “Síndrome de Bárbara Streisand”, pues al hablar del suceso del periodista profundizó en detalles del tema a quienes aún no lo conocían o que poco sabían de ello, pues a su estilo, estuvo hable y hable sin parar, detallando y echando rollos innecesarios sobre lo sucedido, en lugar de ignorar ese asunto, sobre todo porque parecía que ya empezaba a bajar de intensidad, pero cometió de nuevo el mismo error.

En la comunicación política se bautizó como “efecto Bárbara Streisand” cuando alguien pretendiendo aclarar, justificar, responder, demandar o negar algo logra un efecto contrario, pues de ser algo desconocido o de poca relevancia para la opinión pública, es a causa de este error precisamente que se convierte en un hecho notorio, relevante y noticioso de primer orden, pero con un efecto adverso al esperado originalmente.

Y se bautizó así con el nombre de Bárbara Streisand, -gran cantante que destacó en los 70’s y 80’s- por una demanda que le enderezó a un modesto fotógrafo, en la que reclamaba una indemnización por un hecho irrelevante e inadvertido para la opinión pública, el cual con los reflectores de la estrella de la música pasó a ser un suceso conocido por todo mundo y más cuando el fallo del jurado le fue adverso, favoreciendo al hombre de la cámara. 

Desde entonces se aplica el término: “efecto Bárbara Streisand” a quien haya pasado o esté pasando por una situación similar.

Así el presidente López Obrador.

Pero derivado de ello, hubo algo, una especie de señal involuntaria o traición del subconsciente del mandatario, que pasó inadvertida para muchos y que fue una breve frase con una extraña expresión en el discurso presidencial, justo al defender y justificar las reformas constitucionales, donde entre líneas y asintiendo con su lenguaje corporal, López Obrador admitió implícitamente la posibilidad de perder en las elecciones presidenciales, cuando haciendo alusión a las propuestas de reforma que hizo públicas en el mero Día de la Constitución, dijo lo siguiente:

  …(para que ) ”en caso de que regresen al poder los partidos de oposición les resulte muy difícil revertir esta nueva situación”…

Aunque esto  bien podría ser su clásica cortina de humo para despistar, pero aquí se confirma lo que ya se ha dicho, que el presidente es lo que se conoce como un “comesolo”.

Es decir; él se maneja solo y no admite correcciones de nadie, porque además nunca se equivoca ya que siempre tiene la razón, y si se equivoca, pues simplemente no admite que se equivocó.

Y punto.

Así un círculo infinito.

Por ello no es casualidad que en las fotos donde sale “comiendo” siempre aparece él solo, al momento de ser retratado en las fondas y puestos de mala muerte donde le gusta salir rodeado de todo tipo de garnachas, frituras, caldos de arañas y puras comidas bien gachas…

Que a lo mejor y ni se las come y lo hace solo para posar en la foto, porque en realidad nunca han salido imágenes explícitas donde realmente se vea que sí está comiendo.

Salvo aquellas en la famosa e inolvidable “taquiza de Badiraguato”, aunque claro, ahí no se las tomó su “estado mayor”, sino el otro…

Pero el caso es que “comiendo” siempre sale solo; nunca acompañado.

De nadie; ni de colaboradores o alguien cercano o algún amigo.

¿Y tendrá amigos?

En realidad se proyecta como un hombre solo.

Un “comesolo”…

A lo mejor y ha de vivir la peor de las soledades…

La soledad del vacío…

Esa que no se llena con nada.

Ni siquiera con una presidencia de la república.

Pero como ya nos pusimos filosóficos y medio freudianos, mejor aquí le paramos y le seguimos luego, que hay “mucha carnita” con el chismazo político local y con lo del Superbowl…

Ajúa…no te acabes presupuesto…!!

 𝗖ontinuará……. 

• El autor es escritor y analista político; las opiniones de los colaboradores de este portal son su responsabilidad.