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Lo opeor está por venir.

La Pura Polaka | Jaime Esquer D.

 “Cuando algo va mal lo más probable es que se ponga peor”

Mexicali, B. C. 16 de diciembre de 2023.- A mediados del primer trimestre del 2022 el presidente López Obrador desde su conferencia mañanera deslizó una frase que encierra un profundo significado de todo lo que ha estado pasando en el país, pero también de lo que vendría en el futuro inmediato:

_“ánimo, que lo mejor de todo esto es lo peor que se va a poner”…_

Y soltó una de sus risitas sarcásticas clásicas.

El comentario aludiendo a la situación de polarización política existente y a las duras críticas recibidas por la inseguridad y otros problemas graves que prevalecen en el país, que le hacen amplios sectores de la población, medios de comunicación, académicos y partidos y actores políticos de oposición, segmento en el que el presidente encierra un conglomerado al que denomina _“nuestros adversarios”._

Sin embargo, más allá de la simple expresión y de pretender calificarla como otra ocurrencia del presidente López Obrador, -como todas las que hace a cada rato- la verdad es que encierra una realidad, pues las cosas en el país no están bien, no van bien y como  dice la Ley de Murphy; lo más probable es que sigan mal y se pongan todavía peor.

Se dice que en la política todo es percepción y es esa precisamente la razón por la que la mayoría de los gobiernos destinan una gran cantidad de dinero para pagar propaganda y publicidad, desplegando múltiples estrategias de comunicación y mercadotecnia política -muy caras por cierto- a fin de generar entre los ciudadanos una imagen positiva, pero artificial; ya que hacen creer en el ánimo ciudadano que están trabajando duro y brindando buenos resultados a la población.

Cuando la realidad dice todo lo contrario. 

Pero como lo dijo uno de los presidentes de Estados Unidos más queridos, Abraham Lincoln, en el sentido de que no se puede engañar a toda la gente todo el tiempo, ya que las estrategias del llamado _“marketing político”_ podrán funcionar por un tiempo determinado y generar una percepción positiva de un político o de un gobierno, pero no por siempre, ya que la realidad más tarde o más temprano sale a flote.

Se puede decir entonces que realidad mata percepción inducida por propaganda y publicidad.

No obstante, esta gran lección no la terminan de asimilar ni de comprender los políticos que caen en la soberbia y en la sinrazón; en aquello de _“aquí nomás mis chicharrones truenan”,_ a causa del poder desmedido que les obnubila la razón y el entendimiento, bloqueando hasta el más elemental de los sentidos, que es el sentido común.

Al presidente López Obrador le está pasando este “síndrome del poder”, que es una especie de intoxicación por  ejercerlo de manera absoluta y sin contrapesos políticos ni legales,  igual como sucedió en mayor o menor grado con presidentes anteriores, quienes al llegar al último tramo de su mandato y del poder que les confiere el cargo, vieron que finalmente la realidad terminaba por imponerse y aunque sí la lograron distorsionar por un cierto tiempo, finalmente no pudo ser cambiada ni vencida pues terminó por salir a la luz pública.

Y no se pudo contra ella ni siquiera por decreto presidencial.

Hoy, la dura realidad de la violencia y la inseguridad, con el caudal de muertos y de hechos delictivos que triste y lamentablemente se presentan día a día en todo el país, es algo que no se puede negar ni ocultar y que ninguna estrategia publicitaria podrá ocultar o disimular.

Por ello, quedó para el anecdotario político la forma en que el presidente, ante las cámaras de televisión fue feamente puesto contra las cuerdas por una mujer periodista durante su conferencia mañanera del miércoles 13 de diciembre. (¿qué otra cosa hará aparte de las mañaneras?) 

La valiente mujer reportera venida de Sonora, quien  pasó los filtros del amurallado Palacio Nacional donde “austera y franciscanamente” vive López Obrador, logró colarse y participar en esa gran farsa que es la conferencia presidencial mañanera diaria, provocando de inmediato incomodidades y escalofríos en los payasos vestidos de reporteros que regularmente asisten, ya que empezó a hacerle preguntas de verdad al presidente, cuestionando de manera dura y directa, aludiendo los casos de violencia y el abandono de las autoridades para enfrentar los problemas, poniendo como ejemplo la reciente masacre que hubo en el estado de México entre pobladores y delincuentes, así como también otras ocurridas en Guerrero, Michoacán y Sonora, dando datos precisos e información detallada de los casos.

El presidente se molestó, la confrontó, negó los hechos y dijo que eso no era cierto, pues ellos todos los días madrugan en sus reuniones para ver la seguridad y  que la culpa venía de gobiernos anteriores y para no variar, metió en el ajo de nuevo al periodista Loret de Mola.

Aseguró que hay encuestas que lo reconocen como el mejor presidente y que la inseguridad no está como la pintan sus adversarios en los periódicos y en las televisoras al servicio de la mafia del poder…

Y de ahí se soltó en una letanía imparable y clásica cuando se quiere evadir o sacarle la vuelta a algo.

Sobra decir que a esta reportera sonorense de nombre Reyna Haideé Ramírez, de inmediato le soltaron la jauría de bots al servicio de la 4T y en sus perfiles en redes le llovió durísimo, así como llueve en la sierra de Sinaloa; fuerte, tupido y sin parar.

La amenazaron feo y le endilgaron todo tipo de ofensas y groserías impublicables, por haber cometido semejante ofensa y atrevimiento de hacerle preguntas de verdad al “señor presidente”.

Cosas de la realidad pues…

Hoy, con todo lo acumulado en cinco años de abandono, simulaciones y mentiras con las que se manejó el gobierno y  la política, aunado  a  los escándalos  de corrupción y malos manejos, que a pesar de ser negados siguen  saliendo por todos lados, incluyendo a la propia familia presidencial, (igualito a como sucedía en el último año del sexenio en los gobiernos anteriores, al grado que ya era imposible ocultar tanto cochinero) al presidente no le auguran buenos momentos, pues las cosas cada vez se le complican más y la gente muestra su molestia, inconformidad y hartazgo de muchas maneras.

Y aquí en este caso, quien paga esas consecuencias es Claudia  Sheinbaum, como abanderada oficial del continuismo, pues a una candidata o candidato en una eleccion presidencial se le evalúa también por los ciudadanos electores en función del papel que haya desempeñado el gobierno saliente.

Para bien o para mal.

Y en este caso, nada garantiza que los electores vayan finalmente a otorgarle una palomita al gobierno de López Obrador, a pesar de las carretadas de miles de millones de pesos que se destinan y reparten para la compra del clientelismo electoral a través de los programas gubernamentales disfrazados de asistenciales.

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Y ello sin considerar los respectivos moches y las rasuradas que sin consideración le dan a cada partida y bolsa de este tipo.

Y una prueba de esa molestia social la vivió esta misma semana la señora Sheinbaum en Guaymas Sonora, donde tuvo un evento vacío (uno más) y de los pocos que asistieron y de otros que fueron grabados ensayando las porras guiados por un maestro de ceremonias, resulta que a la dama le hicieron una manifestación de protesta ahí mismo en pleno acto político, que prácticamente la sacó de sus casillas mostrando otra vez su perfil intransigente e intolerante.

Y esto que apenas es pre candidata presidencial.

En lugar de haberse acercado a dialogar con las madres de familia que a gritos y con pancartas en mano protestaban porque les habían quitado becas y programas de apoyo para sus hijos discapacitados, les exigió  que bajaran y quitaran esas pancartas, desentendiéndose del dolor y de la impotencia de las señoras.

Nadie de su equipo tuvo la inteligencia y el colmillo para haberle sugerido que se bajara de inmediato del templete, en lugar de exigirles y gritarles desde arriba.

Que era mejor y políticamente más conveniente ir personalmente a escuchar y atender directamente a las madres de familia y dialogar con ellas…

De haberlo hecho, doña Claudia se hubiera sacado un completo diez, con todo y la foto.

Pero no fue así.

Al parecer en su equipo no hay ni uno con más de cinco neuronas encendidas…

La cuestión es que hoy, a nueve meses y días de entregar el poder y a cinco meses dos semanas de la elección presidencial del 2 de junio del 2024, al presidente López Obrador todo parece que  se le complica y quizá por ello se le ve desesperado, tirando golpes y bandazos por todos lados, pues nada le sale.

Y por lo pronto, ya adelantó aquel famoso Plan C para según él apoderarse de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tener la mayoría en el congreso y así poder modificar la Constitución para elegir a los ministros a su gusto por voto popular y a mano alzada.

Para ese fin anda abiertamente en campaña violando la ley, haciendo  declaraciones y amenazando con que si no logran la mayoría en el congreso van a desaparecer los programas sociales, pronunciándose explícitamente sobre la necesidad de ganar el año próximo, para así poder garantizar sus programas asistenciales y sus propósitos de controlar la corte.

Por lo pronto le echó el ojo al Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal, donde ya tiene metido medio cuerpo, igual que en la SCJN.

En la oposición aseguran que no pasarán y que van a echar abajo los nombramientos.

Lo que se puede inferir con estas aceleradas acciones presidenciales, es que en el 2024 no tienen entonces el triunfo tan seguro como lo presumen, pues hasta ahora, la candidata oficial a pesar del dineral que le están metiendo y de todo el apoyo del aparato de gobierno a su servicio, nomás no convence y no levanta.

Ni con encuestas a modo.

EN BC EL PAN DIO SEÑALES DE VIDA

Los panaderos azules de BC por fin dieron señales de que aún existen.

Se apuntó para competir ahora por la candidatura a la senaduría el que de acuerdo a muchos mexicalenses ha sido uno de los mejores alcaldes panistas que ha tenido Mexicali.

Gustavo Sánchez Vásquez.   

Dejó buenos números a su salida de la alcaldía en 2019, cuando precisamente le entregó a quien hoy es gobernadora.

Y también dejó las calles más o menos transitables y no tan fregadas de plano como están ahora; de perdida las pintaban con chapopote.

Y una prueba de que presentó buenos números es que ha sido el único que a su salida dejó dinero en las arcas.

¿No sería más bien que se le olvidó?…

La realidad es que sí le echó ganas, pues este hombre es un experto fiscalista y concluyó su gobierno con buenas cuentas y con dinero suficiente en caja, al grado que la joven alcaldesa al llegar a la alcaldía no requirió endeudarse con los bancos para poder hacerle frente al pago de la nómina y de los aguinaldos a los miles de trabajadores burócratas del municipio, como ha sido costumbre con todos.

Pero de esto y de los candidatos habrá que seguir platicando en la próxima edición.

Continuará…..

* El autor es escritor y analista político, su opinión no refleja necesariamente la línea editorial de este medio.