La Pura Polaka | Jaime Esquer
Mexicali, B. C. 14 de septiembre de 2023.- En la política los errores suelen tener siempre un costo político, pero cuando esos yerros se conjugan con traiciones que se hacen públicamente evidentes, los costos políticos son la pérdida del cargo, el escarnio público y el destierro, cuando bien les va.
Los ejemplos sobran y uno de ellos fue el del gobernador de Baja California, Lic. Xicoténcatl Leyva Mortera, (1983-1989) quien en la sucesión presidencial de 1988 se la jugó abiertamente con Manuel Bartlett Díaz, que era el Secretario de Gobernación con el presidente Miguel de la Madrid,
resultando a la postre perdedor, pues el candidato elegido por el dedo divino terminó siendo de manera inesperada Carlos Salinas de Gortari.
Leyva Mortera no solamente se la había jugado abiertamente con otro aspirante, -que hubiera sido de alguna manera un pecado menor- sino que “ninguneó” a Salinas de Gortari desde que era titular de la Secretaría de Programación y Presupuesto, y todavía aún más, le regateó el apoyo ya siendo el candidato presidencial y en plena campaña.
Ese tremendo e inexplicable error político de Leyva Mortera lo pagó y muy caro, pues en enero de 1989 y con solo dos meses como presidente de la república, Carlos Salinas de Gortari lo defenestró del cargo de gobernador de Baja California de una manera por demás grotesca, al ordenar su destitución, disfrazando la medida con una supuesta invitación a un cargo diplomático en el extranjero.
Ese cargo por supuesto que nunca llegó, pues ni siquiera existía como tal en el organigrama del gobierno federal.
Solamente fue el pretexto o la manera en la que el poderoso sistema político priísta de ese tiempo disfrazó esa qué, a todas luces, fue una siniestra, cruel y por demás evidente venganza política.
A solo 11 meses de concluir su mandato, Leyva Mortera anunció que dejaba el cargo de gobernador de Baja California, el jueves 5 de enero de 1989 y durante poco más de 30 años desapareció por completo del escenario político, y nunca, ni en una sola ocasión siquiera, hizo mención o declaración alguna al respecto, ni volvió tampoco a involucrarse en la política.
Completamente retirado, Leyva Mortera guardó un hermético silencio durante todo ese tiempo y así falleció el jueves 30 de septiembre del 2021, llevándose a la tumba sus secretos y sus razones de ese dramático episodio en la historia política bajacaliforniana.
Ahora, con el reciente destape de Claudia Sheinbaum Pardo, disfrazado de “ganadora de la encuesta”, pero que en realidad fue el dedazo del presidente López Obrador, -al más puro estilo del PRI en sus buenos tiempos- en Baja California podría repetirse lo sucedido en 1989 con el recordado “Leyvamorterazo”, pues para nadie fue un secreto que la gobernadora Marina Ávila en un principio, se la jugó con Sheinbaum, pero después dió un inexplicable giro, apoyando abiertamente a Adán Augusto López, -coincidentemente al igual que Bartlett- el secretario de gobernación en el gabinete presidencial morenista.
Y peor aún, se hizo pública a nivel nacional la grabación con el ahora tristemente célebre Netzahualcóyotl “Netza” Jáuregui como protagonista estrella, donde se hace evidente el desvío de recursos y el presunto delito electoral al condicionar apoyos sociales gubernamentales a cambio del voto para Adán Augusto López, situación de la que por supuesto, la mandataria del estado estaba al tanto, al ser “mi Netza” sus ojos, sus oídos y sus brazos, como ella misma lo ha declarado.
¿Qué sigue?
¿Cuál va a ser la reacción de Claudia Sheinbaum?
¿Irá a tomar medidas ya siendo candidata o se va a esperar a ser presidenta?
Mario Delgado, presidente nacional del partido Morena 7y amigo cercanísimo y mentor político de la mandataria del estado, no va a estar disponible para defenderla, pues estará muy entretenido con la campaña presidencial y con su aspiración a ser el ungido a la jefatura de gobierno de la CDMX, que es su sueño.
Además; ni de loco le jugaría las contras a doña Claudia.
Y por si fuera poco; el presidente López Obrador también va estar más que enfocado en sacar adelante a su candidata y en seguir golpeando a Xóchitl Gálvez y a su Frente Opositor, como para andar fijándose en los asuntos de Baja California.
En este escenario surge como actor principal un personaje que va a jugar y está jugando ya un papel relevante en esta película política.
Y es nada más y nada menos, que el villano favorito Jaime Bonilla Valdéz, quien se ha convertido en una verdadera pesadilla para la hoy mandataria y su gobierno, con un pleitazo político de antología, que parece que no tendrá fin y que por el contrario, pudiera derivar en consecuencias todavía peores y nada agradables, sobre todo para la joven gobernante.
Curiosa y coincidentemente Jaime Bonilla, fue un amigo muy cercano de Xicoténcatl Leyva Mortera, quién fue considerado su mentor político, pues con él, inició y fortaleció después, su carrera empresarial y política.
Aquí bien cabría la expresión de que en la historia los sucesos se repiten:
Primero como tragedia y después como comedia…
En lo dicho:
Este culebrón político se pondrá todavía peor de bueno…
Así es que hay que apartar asientos y surtirse de palomitas, totopos y sodas que la función está por comenzar…
- El autor es analista político y escritor, esta columna refleja su opinión.
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