Leer entre líneas | Francisco Ruiz
Tijuana, B. C. 28 de diciembre de 2021.- El invierno en Baja California trae, además de frío, problemas que aquejan a la sociedad desde antaño: inundaciones, deslaves y muerte. Y es que, a pesar de que se cansó de pregonar que en Baja California todos pagan agua, los ciudadanos nos seguimos preguntado en qué invirtió el dinero recaudado el exgobernador fugaz del estado, porque en el sistema pluvial no fue.
Con su iniciativa de municipalizar el servicio de agua potable y alcantarillado dejó la víbora chillando, tal vez pensó que así ignoraríamos sus pobres y muy cuestionables resultados. Total, qué más daba si el problema sería para su sucesora. Ello prueba que es sencillo “gobernar” cuando tiras la piedra y escondes la mano. Ojalá que sus adeptos en la zona costera de la entidad dejen de venerar al que siempre estuvo ausente, y comiencen a colaborar con la actual titular del Ejecutivo estatal, quien no le queda de otra que entrarle al toro por los cuernos.
Bien vale la pena aprovechar este espacio para referirme especialmente a Tijuana, donde el desorden vial asfixia cada vez más a la ciudadanía. Es indigno que en una de las cinco ciudades más importantes de México prevalezca la anarquía. La situación es gravísima, más allá de las aglomeraciones y de las pésimas condiciones en que se encuentran las calles, la seguridad de los conductores y peatones está en riesgo, máxime en temporada de lluvias. Ante el abuso de quienes se fueron y la indolencia de algunos de los que están, solo nos resta cuidarnos más.
En Baja California, una de las principales entidades de México por su población, su productividad económica y sus destinos turísticos, el color que más abunda es el rojo. Aunque, no me refiero al semáforo epidemiológico ni a las decoraciones navideñas, sino al saldo negativo que se vive día a día en sus calles.
El rojo es cada vez más intenso. Así lo muestran las estadísticas sobre incidencia delictiva. Por ejemplo, de acuerdo con las cifras consultadas en el sitio web oficial del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública de Baja California, si comparamos 2021 con 2020, el robo de vehículos incrementó 9%; el robo a comercios aumentó 17%; el robo en vía pública fue mayor en 13%; también hubo 25% más secuestros que en el año anterior, y 34% más extorsiones.
Por otra parte, conforme al índice delictivo registrado ante la Fiscalía General del Estado, el total de delitos denunciados en noviembre de 2021 aumentó en un 8.25% con respecto a 2020. Particularmente, se registraron 8.94% homicidios culposos más que en noviembre antepasado. Allende de ello, es penoso recordar que, según la prensa nacional, Baja California ocupa el segundo lugar en homicidios dolosos y delitos de alto impacto.
El presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró un cuartel de la Guardia Nacional en octubre de 2021, uno más, ¿cuántos menos? Y el 11 de diciembre, luego de celebrar una reunión sobre seguridad pública en Tijuana, se limitó a declarar que “no están bien los resultados”. Va por su cuarto año de gobierno y sigue conduciendo en reversa.
Ésta será mi última colaboración de esta temporada, ya que estamos por concluir 2021, el segundo año que hemos estados sujetos a una “nueva realidad”, derivada de una pandemia que no para de mutar, por ello la ocasión se presta para reflexionar, agradecer, valorar y, sobre todo, prevenir. Retomemos los hábitos que al inicio consideramos necesarios, que después nos hartaron, pero que siempre nos protegieron. ¡Mis parabienes para todos! ¡Nos leemos en 2022! ¡Salud, salud, salud!
Post scriptum: “Ay, yo no olvido al año viejo…”, Crescencio Salcedo (1953).
- El autor es candidato a doctor en Derecho Electoral y asociado individual del Instituto Nacional de Administración Pública.
Francisco Ruiz
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