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Lamentable la democracia partidista

Desde mi Sofá | Obed Silva

Tijuana, B. C. 26 de Septiembre de 2021.- Una de las asignaturas pendientes de nuestro sistema electoral es la que se refiera a la necesidad de transformar la enclenque democracia que se vive al interior de los partidos políticos por una robusta en la que lo fundamental de las decisiones efectivamente las tomen sus bases militantes.

A pesar de que nuestra Carta Magna establece que los Partidos Políticos son “entidades de interés público” estos son manejados por los “intereses individuales” de sus dirigentes nacionales.

La teoría política establece que el interés público expresa las aspiraciones y valores de la comunidad.

De tal suerte que frente al interés de cada individuo surgen intereses que se refieren a grupos de individuos denominados intereses colectivos.

El interés colectivo pasa a ser interés público cuando el Estado establece intereses colectivos entre sus fines.

En el caso específico, el Estado mexicano estableció como un asunto de interés público que los partidos políticos tengan como fin el de “promover la participación del pueblo en la vida democrática”.

Tal obligación debería practicarse de manera primigenia al interior de los Partidos Políticos pero eso no sucede así. Veamos tres ejemplos:

Primero.- Ante lo irregular de la dirigencia estatal de Morena en Baja California, los integrantes del Consejo Estatal de ese partido llevaron a cabo el día 13 de septiembre de 2020 una asamblea estatal extraordinaria para elegir a su presidente estatal.

Quien funge como delegado/dirigente estatal, impugnó tal asamblea hasta llegar a la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación la cuál, el pasado 4 de agosto, confirmó que la asamblea de los consejeros fue legal y válida, ordenando a la dirigencia nacional instalar al presidente electo.

A la fecha, la dirigencia nacional no ha cumplido con la sentencia y el “delegado/dirigente” que perdió el juicio se sigue ostentando como presidente estatal con la complacencia de la dirigencia nacional y para la burla de la asamblea de consejeros que eligieron a otro presidente, sin que nadie pueda hacer nada.

Segundo.- El presidente estatal del Pri ocupó dicho cargo “como candidato de unidad” cuando se le negó el registro a otro aspirante a contender. Ningún miembro de ese partido eligió a su presidente, la dirigencia nacional lo ungió.

En el reciente proceso electoral, dicho presidente estatal renegó de la candidata a gobernadora de su partido y llamó a votar por un adversario.

La dirigencia nacional “suspendió” en sus derechos al infiel y nombró en su lugar a un “delegado nacional” como presidente estatal.

El presidente suspendido impugnó la sanción partidista y obtuvo una resolución del tribunal electoral que la dejó sin efecto y ordenó reinstalarlo en 48 horas.

Sin atender la sentencia de un Tribunal, la dirigencia nacional priista expulsó al taimado, aduciendo las mismas razones con las que lo suspendió y nombró una presidenta.

La nueva presidenta estatal, declaró que buscará “sentar las bases de un partido donde se escuche a la militancia y que ya no sea de unos cuantos como ocurría anteriormente”. La última vez que prometieron eso en el Pri tardaron varios años en convocar a la elección de presidente.

Tercero.- Después del desastre que le ocurrió al Pan en la pasada elección, el presidente estatal renunció y por tanto, se ha convocado a la elección de presidente.

Durante muchos años, el blanquiazul presumió de su democracia interna y bajo el principio de “ser hombres y mujeres libres” criticaban el dedazo del Pri como método para elegir dirigentes en ese partido.

Hoy, al más puro y clásico estilo priistas los albiazules anuncian que su próximo presidente estatal será “un candidato de unidad” pues no hubo nadie más que haya podido reunir las firmas necesarias para competirle al ungido.

Por si fuera poco, se anunció el regreso para ocupar cargos directivos a viejos militantes panistas que han gozado las mieles del poder y que hoy se aprestan a obstruir la posibilidad de que una nueva generación de panistas luche por recuperar la credibilidad que ellos perdieron.

Con este escenario; ¡Ni a cual irle!

¡NOMAS POR JODER!

Al interior del Pan hay militantes que ven con decepción que los ex gobernadores solo han regresado para pelear la posición 1 en la fórmula de candidatos a senadores para la elección federal de 2024.