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Habrá un nuevo orden mundial

Desde mi sofá | Obed Silva

Tijuana, B. C. 6 de abril de 2025.- Las guerras han servido como medio para la conquista de grandes extensiones de tierra y

poblaciones. Los vencedores toman el botín de la riqueza apropiada mediante la violencia y los sometidos pagan el costo con su pobreza.

Bajo la premisa de “volver a la grandeza”, el Presidente Trump inició una guerra comercial contra todos los países del mundo. La guerra tiene como objetivo un nuevo orden mundial cuyas consecuencias apenas se empiezan a vislumbrar.

Un análisis de la agencia Reuters, considera que los aranceles dictados por el Presidente Trump están “a punto de alterar el orden comercial mundial”. Por lo pronto, se dio un dramático desplome del mercado accionario en Wall Street, en el que las pérdidas se calculan por billones de dólares.

Ante tal hecho, el Vicepresidente James David Vans, como si invocara a Carlos Marx, afirmó que la baja en los índices de las bolsas de valores no representa que la economía estadounidense esté a la baja pues el mercado accionario responde al interés del capital financiero.

Analistas económicos dicen que Trump está cambiando los paradigmas mundiales. Es un cambio estructural para destruir el mercado global levantado durante décadas.

Bajo esa premisa, Estados Unidos decide cerrarse al mundo y convertirse en una economía de “autoconsumo”. La iniciativa rompe con las ideas globalistas de integrar una sola línea de producción mundial.

Hasta hoy producir lo que se consume tiene costos que no se aceptan por el gobierno de Trump, pues no se distinguen las ventajas comparativas de la globalización del mercado y de la producción.

Para el razonamiento trumpista, la reciprocidad comercial es relativa y el libre comercio rara vez es “libre”. La conclusión de Trump es que EE.UU. siempre sale perdiendo.

De acuerdo con los expertos, si el comercio se finca “en el aprovechamiento de ventajas relativas”, el resultado de las negociaciones del gobierno federal, frente a la nueva política comercial del Presidente Trump, es que la posición de México no cambió de manera sustancial, pero sí con una mayor ventaja.

La anterior afirmación se apoya en que al imponer Donald Trump aranceles al resto del mundo y dejar a México como estaba, mejoró la posición relativa de nuestro país frente al resto de las naciones que ahora pagarán altísimos aranceles por sus exportaciones a los Estados Unidos de América.

El éxito de la Presidenta Claudia Sheimbaum es mayúsculo pues obtuvo que se respete el T-MEC.

En este punto, es importante recordar que el T-MEC fue firmado por Lopez Obrador y que es mejor para México que el que firmó Carlos Salinas.

Lo esperado es que una gran cantidad de empresas decidan aprovechar las enormes ventajas del T-MEC, obtenido una mayor integración nacional a los productos de exportación. Con esto se lograría incentivar la inversión privada financiera y en infraestructura, más empleos y una mayor derrama de riqueza.

Al parecer, la propuesta de la Presidenta Sheimbaum para que se fortalezca la “integración” económica de México con EE.UU. le agrado al Presidente Trump. La pregunta es; ¿Cuál será el precio que los mexicanos tendremos que pagar?

Nomás por joder!
Tres ex gobernadores panistas de B.C. propusieron abrir el PAN a la sociedad y que sus procesos internos sean transparentes.

¡Por favor! que alguien ayude a los panistas. Por más lucha que hacen para llamar la atención nadie los pela.

  • El autor es abogado, experto en tema electoral y analista político.